viernes, 10 de agosto de 2018

'Hospitality' ABUS. A vivir el Tour de Francia (parte 2/2)


Segundo día del Hospitality ABUS en los Pirineos, experimentando de cerca la ronda gala con el Movistar Team.
Hoy nos tocaba ir a ver el paso del pelotón por la cima del Tourmalet (19ª etapa Lourdes-Laruns) y el timing advertía que había que estar allí antes de las 11 por el tema de los cortes de carretera.
Cuando volvíamos de la visita al equipo en Pau alguien propuso, como alternativa, poder subir en bici en vez de con la furgoneta, escalando la cara de la montaña por la que el pelotón descendería.
Parecía que se iba a cumplirse esa frase que dice 'De noche leones y de día cagones', pero no. Antes de irnos a dormir algunos dejamos listas las bicis para que no nos diera tiempo de repensarlo.



Madrugar, desayuno y a la carretera. Una grupeta más reducida que el día anterior, pero con muchas ganas.
La ascensión del Tourmalet desde Luz-Saint-Sauveur es diferente a la de Campan, un poco más corta (19 km). No hay ni hubo aclimatación. Nada más salir del pueblo ya se pone en torno al 8% de media y salvo los últimos 3 km, poca variación hay.
Es cierto que hay como tres kilómetros (no seguidos) sobre el 6% que sirven para maldecir menos, pero cuanto antes encuentres el ritmo, mejor.



La historia se repite. Antes de llegar a la estación de esquí de Super Barèges (1765 m) ya no hay árboles a tu alrededor, la carretera había cambiado después de tres curvas de herradura (donde me encontré con una grupeta de Vallesa Bikers que también iban para arriba) y pasada esta, venían los 3 kilómetros duros. Al menos teníamos el Sol del otro lado, pero esa media del 10% y los 150 metros finales...


La buena de organización de Terra Bike Tours nos consiguió un sitio a 50 metros de la cima, aparcando una furgoneta dos días antes en un descampado, pegados al vallado que monta el Tour de Francia para evitar aglomeraciones en la cima.
Llegar a lo alto del puerto, dejar la bici, entrar a la furgoneta para cambiarte y tener montada una mesa con bebida y comida, a la sombra... Vamos, eso no tiene precio.



La romería de ciclistas que subía era espectacular; de todas las edades, con bici de carretera, MTB o eMTB... Todo valía para llegar a la cota más alta y buscar sitio antes de que cortasen el acceso a las 11. Después solo podrían pasar vehículos de la carrera y ciclistas (a pie) y cerca de la 1, ni gente andando.
El motivo no es que viniera la carrera, sino que iba a empezar la caravana del Tour. Cuando hablan del circo de la F1, no sé si habrán visto la que se monta antes de que pasen los profesionales de la bici.




Casi 1 hora de desfile de 'carrozas', como si fuera la cabalgata de Reyes. Era como la pausa para anuncios que hay en una peli: inmobiliarias, magdalenas, jabón, sopa, loterías, productos oficiales del Tour... pero en versión móvil.
Cuando desapareció la última flota, empezaron a pasar los coches de los VIP, motos de enlace, etc... pero no fue hasta que llegaron los vehículos de los equipos para dejar a sus auxiliares con bidones para los corredores, que todo el mundo que estábamos allí sentimos que la carrera estaba cerca. La palabra era: expectación.



Por Whatsapp me iban cantando: Quedan 6 km, van por La Mongie, 2 para cima... El paso de los helicópteros y de repente, el coche rojo de dirección de carrera a baja velocidad que aparecía por la curva: cabeza de carrera estaba allí.






Primero el grupo de Alaphilippe y Gorka Izagirre. A continuación el de BardetLanda, al que se animó especialmente pues hasta esos momentos, parecía tener aspiraciones a la victoria de etapa.
Continuaría el goteo de corredores y coches hasta que llegó el pelotón principal ocupando casi todo el ancho de la carretera. Difícil poder fijarse en un corredor en concreto, así que mejor buscar el maillot amarillo, porque a su alrededor, seguro, estaban los importantes.



Y así fueron cumpliendo el 'trámite' del Tourmalet, todos y cada uno de los integrantes del pelotón, escoltados por una barbaridad de coches de equipo, neutros, prensa, etc... Hasta que pasó el coche de cierre de carrera y los agentes se apresuraron a cerrar la carretera para que nadie bajara siguiéndolos.
Nosotros optamos por seguir la etapa en la tele de la caravana que teníamos al lado, mientras nos íbamos preparando para volver a bajar al pueblo en bici... no seríamos los únicos.



Aquello parecía la salida de una marcha jajajaja. ¿Dejarse caer 20 km con tanta gente? Como que no. Así que reculamos y dejamos que corriera el aire un rato y cuando escampó, bajamos. No tan rápido como el día anterior porque había tráfico, pero volvió a ser una gozada de descenso.
Veríamos el final de la etapa en el hotel. Siesta, vuelta por el pueblo a comprar algún recuerdillo, cena y a buscar ambiente en el pueblo.



De suerte que había un pequeño bar abierto donde, además, había un concierto de rock. Anécdotas entre cervezas y gintonics que también dejaron tiempo para ver, mínimamente, la Luna de Sangre que había esa noche... y así se cerró la jornada, por no decir el viaje, bueno, quedaba la vuelta a Valencia, pero eso ya sería mañana.

En resumen, dos días muy intensos con una agenda apretada, pero bien organizada, que nos permitió sumar muchos extras a lo que puede ser disfrutar de una etapa del Tour de Francia... que no es solo el momento de ver pasar a los corredores.
Un ambiente ciclista espectacular que compartí con un gran equipo de personas:
Imanol, Marcos, Omar, Héctor, Josecho, Aina, Ricard, Íñigo, David, Carlos, llevados de la mano de Nora, Ángel, Mario y Marcelo.
Estas son las cosillas de las que uno se acuerda durante muchos años.




Gracias a Pablo por dejarme su casco y, como no, a DoyoubikePACOM SystemsEdetania Personal Bankers, Talleres Gonzalo y digitis, nuestros patrocinadores del Club que estan ahí, 'en la sombra', hagamos lo que hagamos.

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Si quieres ver las fotos de las jornadas, las tienes en la galería.

Y por supuesto, la altimetría del Tourmalet (desde Luz-Saint-Sauveur):



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Crónica de Paco Pérez

jueves, 9 de agosto de 2018

Reto: Vía Verde de Ojos Negros en un día.




6 de agosto de 2018.
Día que me quedará grabado: 239km y 2000+ entre la puerta de mi casa en Valencia hasta la puerta de mi casa de Ojos Negros.
Ya lo había hecho de bajada y no soy el primero en hacerlo de subida en un día, porque si la he hecho es porque me picó un amigo que sí que lo había hecho ya.
Desde Valencia a Puçol, calentamiento jejeje y hasta Altura tranquilo, buscando el ritmo. Almuerzo en la piscina de Altura y a seguir. La cosa se complica porque son kilómetros de subida aunque con poco desnivel. Parada en Caudiel a beber en la fuente agua fresca y riquísima, meter la cabeza debajo del grifo y a seguir



La cosa aún se complica más. Vamos sumando km y desnivel poco a poco,  hasta llegar a Barracas100 km más o menos y unos 1000+. No son muchos, pero la diferencia es que los haces de manera constante; ¡se hace pesado no dejar de pedalear!


Parada en Barracas: Coca Cola, Aquarius y un sándwich. Rellenamos agua y ¡a seguir! Se podría decir que esta parte, hasta Albentosa, es la más monótona. Es más llaneo, pero al ser las horas centrales del día se hace pesado. Bonitos paisajes de carrascas y monte alto. Comemos en Albentosa a las 2. La idea era comer en Sarrión, pero no quería arriesgar a llegar tarde y quedarme sin comer, de modo que después de Albentosa, sin parar hasta La Puebla de Valverde.



Este trozo se me hizo interminable: calor, sed constante, dolor de culo... Necesitaba llegar y parar un rato y beber. ¡Así fue! Ahora llega lo bonito. Poco más adelante de La Puebla, ¡toca bajar! Puerto Escandón. 20 km, más o menos, bajando. Merecido y necesario descanso, porque después de Teruel llega el infierno



Desde Teruel hasta Santa Eulalia del Campo es un desierto de campos de cereal y Sol, mucho Sol. Particularmente la parte de la Vía Verde más fea y desagradecida. La que destroza la mente. Llegué a Santa Eulalia, seco, junto con un compañero que bajó a Teruel a esperarme y en Santa Eulalia había otros 2 compañeros con agua, que fue un lujazo.



Desde Santa Eulalia volvemos a una zona preciosa. Termina la Vía Verde acondicionada y vamos por un camino en perfecto estado hasta la carretera que nos lleva a Almohaja. Paisajes de la sierra preciosos... ayuda que está atardeciendo y la temperatura suaviza. Coronamos Almohaja y ya un paseo hasta Peracense con su imponente castillo (precioso) y el cerro San Ginés con sus antenas.



De ahí por carretera hasta Villar del Salz donde empieza otra vez la Vía Verde aunque nosotros decidimos tirar por carretera y acortar hasta El Barrio minero. Foto de rigor en la Orconera, en la plaza del Casino y de ahí últimos 3 km hasta Ojos Negros.
¡¡Reto conseguido y a pensar en el siguiente!!



Y no acabar sin tener presente a DoyoubikePACOM SystemsEdetania Personal Bankers, Talleres Gonzalo y digitis... que también ayudaron a empujar.

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Si quieres ver más fotos, las tienes en la galería.

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Crónica de Carlos Dotor

martes, 7 de agosto de 2018

'Hospitality' ABUS. A vivir el Tour de Francia (parte 1/2)


¿Te interesa ir a pasar dos días en Francia para subir el Tourmalet, conocer la infraestructura del Movistar Team y vivir una etapa del Tour de Francia
Esta fue la propuesta que se me hizo y, la verdad, no tuve que pensarme demasiado la respuesta.
Abus, proveedor de cascos del Movistar Team, ofreció este viaje a Doyoubike; viaje que terminó rebotándome a mi.
Agenda apretada y muchos muchos kilómetros por delante para llegar a Luz-Saint-Sauveur, en plenos Pirineos. Allí nos juntaríamos con el resto de expedición que disfrutaría de esta invitación.



Después de asignar compañeros de habitación y cenar, teníamos que dejar listas las Canyon Endurance que nos proporcionaba Terra Bike Tours, porque por la mañana, bien temprano, no habría tiempo que perder... y todo el mundo quería descansar para la maratoniana jornada del día siguiente.
Yo por mi parte había quedado ya con Edu, de vacaciones por la zona, para poder compartir la subida al Tourmalet... o al menos compartir un trozo.



Madrugar, desayunar y a las furgonetas vestidos de faena. Así empezó la calurosa jornada el grupo, medio despertándonos de camino a Campan. En sus afueras bajamos las bicis de los remolques, se hicieron los últimos ajustes, agua para los bidones y ajustarse los ABUS. Ya fuesen los que llevábamos de casa o los que nos dejaron allí, que había la posibilidad de elegir entre el ABUS Aventor o el ligerísimo Airbreaker, que habíamos podido tener en nuestras manos la noche anterior en primicia (canela fina).
A rodar. Poquita aclimatación antes de entrar en las calles del pueblo, Edu se unió a la grupeta (qué ilusión verle) y a subir.
Se puede decir que esta cara, por la que iría la carrera al día siguiente, tiene una parte de 'aproximación' en continuo ascenso (vienen a ser 11 km al 3,3% de media con algún repecho más empinado), pero cuando llegamos a Gripp, la carretera no sale del pueblo igual que ha entrado.



Vaya que si cambia la cosa, pero sólo hay ese cambio. Los 14,5 km que quedan hasta coronar (que se dice pronto) son al 8% de media. Tal cual. Es mejor no ir mirando las señales verticales que hay a cada kilómetro (algo difícil) marcando la distancia a sommet, porque vista una, vistas todas... y para qué torturarse más.
Que pusiese que la pendiente media en el siguiente kilómetro sería del 8%, 9,5%, 8,5%... poco iba a importar, porque ya ibas a llevar todo metido y sólo quedaba mantener el ritmo.



Se trata de un puerto largo, así que es recomendable ir lo más cómodo posible y disfrutar, entre otras cosas, de las impresionantes vistas. ¿Qué más se podía disfrutar aparte de estar subiendo este mítico puerto o de empezar a empaparse del ambiente del Tour con esa enorme cantidad de caravanas en los arcenes? Pues aunque os parezca mentira, esos cortos tramos al 5-6% que te oxigenaban las piernas. Quien lo diría jajajajaja.



Las instalaciones de la estación de La Mongie aparecían por nuestra derecha, todavía en lo alto, con dos túneles previos donde aquello se ponía hasta el 12% y donde el paisaje daba un cambio drástico. Hasta ahora tenías el cobijo de árboles, pero atravesada La Mongie, desaparecía toda sombra.
Recuerdo que Mario, el guía, nos dijo que los últimos 4 km eran los más 'divertidos', puede que no por la pendiente, ya que seguían superando de largo el 8%, pero sí por ese Sol abrasador (suerte para aquellos que llevaban el Airbreaker puesto porque disipa estupendamente el calor), por ver claramente delante lo que te quedaba por subir y la fatiga acumulada. 



Cuatro kilómetros que están cerrados durante la temporada de nieve ya que las pistas discurren por estas pendientes. Cuatro kilómetros con más y más caravanas y tiendas de campaña a medida que se llegaba al último kilómetro (10% de media), vallado a ambos lados en su parte final y, tras la última curva a izquierdas, un 'caos organizado' de ciclistas, coches, caravanas y fotógrafos improvisados a 2115 metros de altura.



Por supuesto que todo el mundo quería la foto con la estatua en homenaje a Octave Lapize, ganador del Tour de Francia y primer corredor en coronar el Tourmalet (21-07-1910).
Nos quedaba volver a juntarnos todo el grupo, ya que cada cual subió como sus piernas le dieron a entender y teníamos que bajar juntos a Luz-Saint-Sauveur. Bajar... con mayúsculas. 20 kilómetros en los que no es necesario dar pedales. La gravedad y la pendiente tirarán de ti hasta que tus dedos de las manos se muevan inconscientemente a los frenos, sobretodo en los primeros 8 km donde hay curvas de herradura y el firme puede tener sus sorpresas.


Pese a bajar rápido, llegamos tarde a comer (ya nos lo hizo saber el dueño repetidamente) y tras recuperar fuerzas, vimos el final de la etapa del día y de nuevo a la furgoneta, esta vez bien uniformados, ya que teníamos la visita al hotel de Pau donde se alojaría el Movistar... y algún otro equipo más.



Los integrantes del Katusha Alpecin y el Groupama-FDJ ya habían llegado, pero no los del Movistar, así que empezamos con la visita a la infraestructura móvil que desplaza el equipo: cocina, taller mecánico, vehículos... siempre con un ojo puesto en cómo los mecánicos limpiaban y ajustaban todas y cada una de las 14 bicicletas, especialmente la de Nairo, que se fue al suelo en el avituallamiento de la etapa.



Era una manera de hacer tiempo hasta que llegara el autobús con los corredores, porque eran el plato fuerte y se les estaba esperando. No bajó nadie una vez aparcó hasta pasado un rato. ¿El primero? Valverde, con su tarrina de pasta en la mano se fue a hablar con los mecánicos en el camión para comentarle algunos cambios y de paso hurgar en su nevera.


 

Luego bajo Nairo que, entre los aparatosos vendajes y la cojera, milagro parecía que pudiese salir al día siguiente. Erviti, Landa... Ya nos dijeron que después del masaje tendríamos ocasión de hacernos fotos, etc, que ahora les dejásemos ir a descansar y tal. Pues eso hicimos... y más cuando te lo dice todo un Eusebio Unzúe, con el que tuvimos la suerte de hacer corrillo y que nos contara cómo estaba Nairo, sus impresiones del Tour, de cómo había estado el equipo, lo satisfechos que estaban los corredores con los nuevos ABUS...



Y cuando el autobús ya estaba vacío, allá que nos dejaron subir a verlo. Muy parecido al del Trek-Segafredo que vi en la Volta Ciclista a Catalunya. Butacas individuales, la sala de reuniones, donde estaban los cascos ABUS Aventor, Airbreaker y Gamecharger (cada uno marcado con el nombre de su dueño, para que eligiesen cual ponerse antes de cada etapa), ducha, etc... El mayor número de comodidades posibles en esta oficina móvil, vamos.





Teníamos que esperar como 1 hora y más hasta que los ciclistas saliesen de sus habitaciones, así que aunque la mesa estaba reservada reservada en el restaurante y después de la experiencia de la comida, no queríamos llegar tarde, de modo que decidimos subir de nuevo a las furgonetas para irnos, pero como colofón de fiesta, vimos llegar a Arnaud Demare (FDJ) el ganador de la etapa que llegaba al parking en el coche del director y era recibido por sus mecánicos, asistentes, etc.



Ahora sí, a cenar (qué buena cena, por cierto) y de vuelta al hotel porque el día siguiente se presentaba emocionante y con sorpresa.

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Si quieres ver las fotos de las jornadas, las tienes en la galería.

Y para los que adoran los numeritos, la altimetría del Tourmalet (desde Campan):



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Crónica de Paco Pérez