miércoles, 17 de enero de 2018

La Turbomarcha


Se echaba de menos, ¿eh? Que lo sé. Comprobar que está todo listo la noche de antes, confirmación de la hora de la salida, madrugar en domingo, cargar la bici, recoger el dorsal, calentar... Sí. La temporada 2018 ya ha empezado. Ha pasado rápido el parón; no tanto como esta marcha, pero bastante.
Con 'fuegos artificiales' se inauguraba la V edición del Circuit MTB València y acto seguido, se daba la salida la Marcha de Marines. Quién nos iba a decir en ese momento a los que fuimos (Ibán, Pablo, Miguel Causera, Luis, Edu, Miguel Salido, Adolfo y yo), que en algo más de dos horas estaríamos aplaudiendo el segundo puesto de Joseph en Máster30.


La primera del año valió para que debutaran con el DOYOUBIKE-PACOM, Miguel Salido y Adolfo y, para seguir añadiendo nacionalidades, Eddie vino con su Boone de ciclocross (no será la última). Esa bicicleta sí que acaparó miradas, creedme.



Con 6 grados nos dieron el visto bueno a unos 520 participantes, que se dice pronto, para empezar a dar pedales.... y a base de bien, porque el sobrenombre de la 'Turbomarcha' para esta prueba, está más que justificado. Seguramente por una mezcla de ser la primera marcha, que la gente tiene ganas de desfogarse, poco desnivel y pistas que invitan a rodar. Buen cóctel.



Arreando, que es gerundio. Los primeros 5 km hasta llegar a la rambla Primera (1,3% de media), se hacen girando poco a poco hacia el Noroeste, lo que los caminos entre campos de naranjos van marcando y con mucha curva de 90º. Punto a tener en cuenta, porque entre lo rápido que se iba, que el asfalto dio paso a la tierra suelta mientras el camino se estrechaba y que nadie levantaba el pie, pues eso... algunas pasadas de frenada y enganchones hubieron, nada grave, pero había que andar con ojo.



Repechito para salir de rambla y hacia el Canal Principal del Camp de Túria. Menuda autovía... ponte a rueda (sí, sí, a rueda) y confía en que el que va delante esquive bien los baches y avise de que hay que torcer por el camino de Pereferrandis, en dirección al corral de Paco, del que nos separaban 3 km que, por supuesto, iban picando hacia arriba y cada vez con más claridad (4,5% de media los últimos 500 m).



La tendencia cambia en ese punto porque de ahí bajamos hasta el barranco del Forat. Unos metros o segundos que saben a gloria por eso del dejarse caer, pero el camino de les Canyades d'Eugeni no tardaría demasiado en ponerse exigente, si es que pretendías mantener la velocidad (2 km al 5,5% de media).
De repente un cartel rosa fosforito anunciaba: 'A 100 m segmento Strava'. Un pequeño descenso, giro de 90º a la derecha tras salir de una sendita, sin opciones de llegar con algo de inercia y pared (300 m al 14% de media).
Ahí te vuelve a la cabeza la voz de Edu que te decía en la salida: 'Salimos, rápido por pista vas subiendo subiendo y hay un repecho que mucha gente hace andando'. Pues va a ser este, piensas.




Una vez arriba, como si el segmento se acaba aquí o 20 metros más adelante; bastante era con tratar de recuperar el resuello. Y había que hacerlo rápido porque vendría más, pero antes una cómoda bajada que finaliza superado el límite con la provincia de Castellón. Unos 3 km por tierras castellonenses, atravesando el barranco del Bombón (tras cubrir 900 m al 7% de media) y el de Gavarda con una salida de 700 m también al 7% de media.



Y es que si para entrar a la provincia de Castellón, tuvimos que superar un repecho duro, la entrada a la de Valencia nos daría el mismo recibimiento. Antes de llegar a las Bodegas de Las Veinticuatro, nos desviamos a la izquierda, viendo un grupito de casas en lo alto de una loma. Esas casas eran las Bodegas Antiguas de Torres y por un sendero algo roto, teníamos que llegar a ellas. Quizás la parte más complicada o técnica de todo el recorrido, pero nada que echar el cuerpo para delante y empujar los pedales no pudiese remediar (125 m al 15% de media).






Pero quedaba un poquito más: el llegar a las Bodegas Nuevas de Torres (200 m al 9% de media), el punto más alto de la marcha (525 m).
Sólo quedaba empezar a bajar, primero con piedra desnuda que se acaba convirtiendo en un caminito cómodo, sin excesivas complicaciones hasta llegar al camino de Torres. Allí empezaría un tramo de senda propiamente dicho con algún tramo de piedra y escalones para poner un poco de pimienta.






Pero la bajada no se terminó al acabarse la senda en La Sebastiana. En absoluto. Le seguía un kilómetro por una rampa en línea recta, hormigonada, por la que sólo había que dejarse caer atravesando un naranjal. Espectacular la velocidad. Si en ese momento se cruza un conejo, no sé yo quien quedaría para el ajillo...
Volvimos a la pista, por el camino del Racó del Pla de Blai hacia la rambla de les Vint-i-cuatre; 3 km picando hacia arriba, sobretodo en la parte final (con dos escalones de unos 300 m, el primero al 8% y segundo al 6% de media) antes de llegar a la balsa de la Terreta Blanca.
El descenso posterior, por el camino del Moliner, se terminó a la altura del Canal Principal con casi 3 km por delante de lucha constante por mantener el ritmo en el llano hasta volver a entrar a Marines por el mismo trazado que hicimos a la salida.



Conforme fuimos llegando nos sumamos a la mesa donde estaban esperando José Sevillano, Nico, Tere y Rado, haciendo tiempo hasta que llegara el momento de arropar a Joseph en su recogida del trofeo, cada cual comentando sus sensaciones y demás batallitas. Muy buena jornada para empezar la temporada.



Con respecto a las clasificaciones, así quedamos:


Y no puedo terminar la crónica sin agradecer, como siempre, a nuestros patrocinadores: DoyoubikePACOM Systems Edetania Personal Bankersdigitis y Talleres Gonzalo, por todo el apoyo que nos dan.

Hasta la próxima.


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Si quieres ver las fotos de la prueba, las tienes en la galería.

Aquí puedes descargar el track de la marcha.





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Crónica de Paco Pérez.