viernes, 30 de junio de 2017

Caudiel-Valencia por la Vía Verde Ojos Negros.


Nos esperaba un día largo y caluroso por delante..
Nos dimos cita en la estación del Cabanyal temprano con Luis,Martín, Ángel, Eusebio, José Manuel, Guido y un servidor (Gerard).
Subimos en el tren y empezamos a preparar nuestras maquinas,ya que al llegar a la estación, dos 2 compañeros habían pinchado.


Al llegar a Caudiel, terminamos de poner a punto nuestras máquinas y empezar nuestra aventura que iba a prometer mucho.
Empezamos la Vía Verde con unas vistas impresionantes y con calor.
Pasamos por varios túneles (se estaba bastante fresquito dentro) hasta llegar a Jérica, donde no decidimos pararnos, ya que habíamos llegado bastante rápido.


Decidimos seguir nuestro camino, parándonos en el mirador del pantano del Regajo y hacernos fotos con la vista puesta hacia el embalse. Típica foto de quienes pedalean la Vía Verde de Ojos Negros.
Dimos marcha atrás para encontrar el camino y poder bajar hasta el embalse, pero no lo conseguimos y fuimos en dirección a Navajas por la carretera secundaria.
Despues de subir un buen puerto llegamos a Navajas ,donde pudimos refrescarnos y almorzar un poco.


De ahí fuimos directo hacia el río Palancia para ver la cascada del Salto de la Novia y acto seguido, darnos un chapuzon y refrescarnos.


Continuamos luego por la Via Verde en dirección Valencia.
Mucho calor por el camino, de modo que decidimos hacer una paradita en Algimia.
Acto seguido seguimos por la carretera, pasando por Torres Torres y Gilet hasta llegar al carril bici de Puçol (la Via Verde Xurra) y poder llegar a casa.
En definitiva, una buena ruta con los compis.
¡Hasta pronto!

Os dejo el vídeo resumen de la jornada.




Dentro de un par de meses volveremos a convocar salidas en BTT... mientras tanto, ya sabéis que podéis pedalear todo lo que queráis, pero con cuidado.

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El resto de fotos de la jornada las tenéis en la galería.

Crónica de Gerard.

miércoles, 28 de junio de 2017

El Lado Oscuro (ZonaZero, Ainsa)


"El miedo lleva a la ira. La ira lleva al odio. El odio lleva al sufrimiento. Veo mucho miedo en ti".

Así le explicaba Yoda a Anakin Skywalker cómo el miedo conducía al Lado Oscuro.
No sabemos si Xeni tenía miedo previo o no, pero el caso es que se vio arrastrado hacia el otro lado de la Fuerza por Santi, Ibán y Sento.
En la ZonaZero de Ainsa estuvieron los cuatro este fin de semana pasado dejándose caer por terrenos casi imposibles... ¡Qué gozada!



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Si quieres ver el resto de fotos, las tienes en la galería.

martes, 27 de junio de 2017

V Marcha AVAPACE


Cuando se juntan las ganas de pedalear y de ayudar, se consigue algo como lo de hace unos días: que 1000 personas pedaleen en favor de una causa social. Nada más (y nada menos) que eso.
La V Marcha Cicloturista por la Parálisis Cerebral AVAPACE logró congregar en Bétera a más de un millar de personas (que se dice pronto), dispuestas a pasar una mañana dedicada al ciclismo solidario; muchas de ellas subidas a las bicicletas, pero no menos importantes fueron las que regularon el tráfico, entregaron dorsales o repartieron comida y bebida.
En resumidas cuentas, un gran ambiente festivo.



Miguel Ángel García, Rado, Tere, Miguel Salido, César, Paco y yo nos conseguimos localizar entre tanto maillot blanquinegro e irnos juntos a la abarrotada línea de salida (Miguel Causera y Antonio también estaban entre la multitud). Allí se guardó un más que respetuoso minuto de silencio por las víctimas mortales de los últimos atropellos a ciclistas y, acto seguido, dieron el banderazo de salida a la marcha.



Nada de salir a fuego. Nada de ir buscando el hueco para ir ganando posiciones. Nada... pero yendo con ojo por lo de ir tanta gente junta y evitar un enganchón. Se nos dijo que ocupáramos sólo el carril de la derecha y así fuimos por la CV-333 dirección Olocau. Lo cierto es que impresionaba la larga marcha blanquinegra, neutralizada por el coche de cabeza y encauzada, cuando era necesario por las motocicletas.



Muy poquito a poco crecía el espacio disponible lo que permitía que fuésemos algo más relajados. Tanto que ese fue el momento en el que Miguel encendió el altavoz que llevaba en el manillar. Algunos se giraban para descubrir quien llevaba el hilo musical y, entonces, se sorprendían de ver a un tío con la 29" rodando a la misma velocidad que ellos con monoplato. Esas caras no tenían precio.



En el paso por Marines y Llíria se nos 'concentró' para no tener cortado el tráfico durante demasiado tiempo (lógico), pero volvimos a estirarnos de manera 'natural', ya que la carretera hacia Pedralba primero y a Casinos después, picaba hacia arriba. Sin prisa pero sin pausa, porque al llegar a este último, estaba previsto el parón para reagrupar a todos los participantes y comer algo en el recinto ferial de Gallipatos.



Agua, isotónico, manzanas, plátanos... suficiente para engañar algo el estómago y recuperar líquidos (hacía bastante calor), mientras nos reencontrábamos la gente del Club. Fue aquí cuando se nos unió Edu, antes de que volviesen a dar la salida neutralizada y enfilar hacia la CV-339. Se notó que en esta segunda parte dieron 'manga ancha', ya que nada más salir de Casinos la gente empezó a ir mucho más rápido... y no era sólo porque íbamos de bajada.



Esta vez no cruzamos Lliria. La bordeamos para acabar otra vez en la CV-35 que, ahora, se nos ponía cuesta arriba hasta el cruce con la CV-333.  Pues cada cual a su ritmo o en pequeñas grupetas (mucho mejor) para resguardarte del viento de cara que se empezaba a levantar y que no nos abandonaría, pero como el terreno picaba hacia abajo... casi que se compensaba.



Así acabamos el recorrido en Bétera; con una sonrisa en la boca, comiendo lo que nos ofrecía la organización para recuperar y comentando las anécdotas de esta jornada de ciclismo solidario. Seguro que en la VI Marcha AVAPACE volveremos a coincidir muchas caras conocidas.



Y no puedo terminar sin agradecer como siempre a nuestros patrocinadores DoyoubikePACOM Systems, Talleres Gonzalo, Prosolutions y Edetania Personal Bankers, por todo el apoyo que nos dan.

Hasta la próxima.

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Si quieres ver las fotos de la marcha, las tienes en la galería.

Aquí puedes descargar el track de la marcha.




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Crónica de Paco Pérez.

sábado, 24 de junio de 2017

Como potrillos 'desbocaos'


No fueron pocos los madrugadores que el pasado sábado 17 tuvieron la ocurrencia de ir a llenar los bidones a Potrillos.
Con el vídeo de Gerard puedes imaginarte cómo fue la mañana de ruedas y pedales por la Calderona:




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Las demás fotos de la salida las tienes en la galería.

viernes, 16 de junio de 2017

Este sábado... a Monte Picayo.


La mañana se anunciaba con altas temperaturas, pero Martín y yo decidimos salir a rodar un poco.
Nos esperamos en el punto habitual del carril bici de la Vía Verde Xurra temprano, a las 7:30, y empezamos a rodar por el carril hacia la cartuja de Puçol para desviarnos dirección la Lloma.

Allí cogimos por el barranco de la Calderona nada mas pasar la ganadería de toros, para evitar el calor que empezaba a notarse.
Subimos por la cantera y seguido, nos desviamos por una senda por la que nunca había pasado. Buenas rampas nos esperaban y las vistas... impresionantes.


De ahí fuimos a reponer fuerzas (bien merecido lo teníamos tras haber hecho las sendas cercanas al barranco de la Vidriera y haber subido el Coll de la  Calderona.
En el bar El Reino decidimos subir hacia las antenas de monte Picayo, aunque el Sol se hacía notar y mucho. Calor sofocante.


Desde la urbanización Pla d'Aguiló tiramos para arriba hasta les Penyes de Guaita. Allí nos percatamos de que nos estábamos quedando sin tiempo, así que bajamos por la senda en dirección Alfinach para seguir hacia Puçol y enfilar para Valencia.



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Crónica y vídeo de Gerard Llario.

jueves, 15 de junio de 2017

BTT La Pedriza


Este fin de semana tocaba desplazarse hasta el pueblo de Fuentes de Ebro a disfrutar una vez más de nuestra gran pasión: el BTT.

Me levanto temprano para quedar con los amigos del Club Aquí No Hay Rezagados que son los que me han animado a acudir a esta cicloturista.
Quedamos en la gasolinera de la carretera de Castellón (en Zaragoza) y una vez todos reunidos, nos vamos tranquilamente hacia el pueblo donde tiene lugar la marcha: Fuentes de Ebro. Aparcamos, descargamos las bicis, recogemos los dorsales y nos vamos preparando. Nos juntamos unos 170 corredores en la salida y es fácil distinguir a los corredores que van a ir a por todas... 



Dan puntual la salida a las 8:30 y enseguida empiezo a buscar un ritmo bueno que intentaré mantener. Pronto me adelantan cuatro amigos del club ANHR y me pongo a rueda para intentar seguir con su ritmo hasta el kilómetro 30 que aprovecho una bajada larga para lanzarme y los dejo algo atrás.

Llego al segundo avituallamiento, paro a beber un poco y rellenar el bidón y de momento seguimos sin perder tiempo. Ahora empieza un largo tramo de rompepiernas el cual me acaba pasando factura y donde los ANHR me pasan, eso sí no sin antes preguntarme si voy bien. Intento mantener un ritmo que mis piernas puedan aguantar ya que en el kilómetro 40 se empiezan a resentir y todavía queda mucha subida por hacer. La zona es un auténtico secarral y el Sol aprieta hoy bien fuerte y no hace ni gota de aire.



Después de un tramo de sendas llegamos a una subida donde pasamos el kilómetro 65 y nos encontramos una charanga que, al paso de los ciclistas, les toca algo para animarlos. La verdad que el detalle se agradecía ya que el calor era asfixiante, estábamos ya cansados y sólo quedaban 5 kilómetros. El último tramo, justo antes de llegar a meta, es una zona de pinos por la que tenemos que subir con buenos rampones para después bajar por la pinada.

Y por fin llegamos a meta donde nos espera un rancho hecho por las hogareñas y que nos sabe riquísimo a todos.
Sin duda una organización magnífica y una marcha bastante exigente pero chula.



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Crónica de Ángel González.

miércoles, 14 de junio de 2017

Pina despide el circuito por todo lo alto


Cinco y fin. Sí, la X Marcha BTT Santa Bárbara de Pina de Montalgrao cerró el calendario de pruebas del Circuito BTT Alto Palancia 2017 y casi 300 bicicletas estaban apuntadas a la cita, listas para que les diesen la salida a las 9 de la mañana.



Inicio muy revirado en los primeros compases, apuntando hacia el Sur y tragando mucho pero que mucho polvo (es lo que tiene salir hacia el final). Con la llegada al ancho camino de la Marina, ya era más fácil encontrar hueco y llevar la línea que querías; el terreno pica hacia arriba pero, a diferencia de la mayoría de las marchas, no hay un rampón eterno nada más empezar que te pone el corazón en la garganta. Al contrario, incluso bajamos por el camino de la Huerta de nuevo hacia Pina en lo que parecía un mini-bucle.



La bajada acabó en el cruce con el barranco del Rodeno, en las faldas de la loma de la Virgen. Allí el camino se estrecha en senda; embudo; más adelante un giro con un poco de agua seguido de curva de casi 180º, en subida y embarrada. Si sumamos todo esto y añadimos que sólo han pasado 5 km... efectivamente: tapón.
Espero pacientemente mi turno, salvo la zona y ya estamos listos para afrontar la primera dificultad en forma de subida. Por el camino del Cierzo nos hicieron llegar a los corrales de Montanero (1,4 km al 5% de media) punto en el que disfrutaríamos de la que, a la postre, sería la única senda real de la jornada.


Los corrales de Montanero

El poco más de un kilómetro de descenso por el barranco del Montanero no pasó tan rápido como esperaba. El firme de la senda no ofrecía demasiadas garantías, sobretodo en las primeras curvas, ya que las lascas de piedra hacía que la bici se deslizara sin avisar. Sea como sea y con más o menos velocidad y destreza, acababas en un falso llano cerca del cartel que informaba de la proximidad del primer avituallamiento.



Ahora sí que había que tirar hacia arriba en serio, hacia los molinos del Escorrentador, para cubrir un total de 2 km al 7,5% que se hacían interminables tanto por esa anchísima y descubierta pista de tierra, que hacía que el Sol te castigase, como por ver la romería, casi inmóvil, de ciclistas delante tuyo.



El esfuerzo fue grande, casi tanto como la recompensa que obtuvimos: prácticamente 5 km de terreno descendente, ancho, liso, que permitía alcanzar altas velocidades de forma segura, a la par que recuperar fuerzas mientras nos acercábamos de nuevo a Pina.

Entraríamos al casco urbano por un desvío del camino de la Cañada (300 m al 10,5% de media), rodando por El Calvario para enlazar por la segunda y última 'senda' de la marcha; un tramo más o menos creado para llevarnos al camino de la Canaleta sin tocar la CV-209 (pasamos bajo ella literalmente) y devorar, a continuación, unos 2,5 km de pista sube-baja.



Recuerdo que prácticamente en el cruce con el barranco del Ballestero, donde se nos desviaba para empezar a remontarlo, un voluntario comentó: '¡Va! Que ahora empieza lo bueno'.
¡Qué razón tenía! Porque nos estábamos metiendo en la Sierra de Espina, en las estribaciones de Espadán y, si la memoria no me fallaba, era a partir del ecuador de la marcha cuando el perfil se complicaba... cuatro asaltos por delante.



Tras el paso por el avituallamiento la pista rojiza se metía entre pinos y, bueno, a subir. No quedaba otra. Ascensión muy constante (2,5 km al 5% de media) hasta llegar a la cabecera del barranco del Ballestero, un breve descenso y a encarar la segunda parte hacia Los Majanos que, si bien era sólo de 500 metros, ese 11% de media te obligaba a pensar en cualquier cosa para olvidar el dolor de las piernas.



Un nuevo descenso y todo listo para el tercer asalto, que comenzaba metros antes de meternos por la pista de Marrionda. No sólo era el paisaje el que no cambiaba, el color del suelo, el calor... seguía todo igual salvo la pendiente; que sí, se reducía al 8% de media, pero la distancia a cubrir era de 1,6 km. De modo que a apretar en cada pedalada.



Un nuevo cartel de 'Avituallamiento 1 km' aparecía casi al final de 1000 metros de deseada bajada, de modo que eso es lo que nos faltaba (pensé) para acabar el cuarto Round, con un 7% de media y alcanzando la máxima cota del recorrido: 1254 m.
Botella de agua y algo para masticar, cerrarse un poco el maillot y para abajo sin pensárselo dos veces por el primer camino de nuestra izquierda.



En 4 kilómetros de descenso da tiempo para mucho; desde disfrutar de las espectaculares vistas hasta de darte cuenta de que quedan 6 km de recorrido, te faltan unos 160 de acumulado y que estás entre montañas, así que todavía debía quedar alguna sorpresa todavía... Todo esto mientras tratabas de mantener la bicicleta en la línea 'limpia', ya que con la cantidad de rodeno suelto fuera de ella, era como para pensarse el salir de la trazada.



Como era de esperar la pista se pondría cuesta arriba. Concretando, los siguientes 2,5 km (1,4 km al 7,5 % de media, el resto al 4,5% de promedio) por el camino de la Marina, lo que viene siendo remontar casi por completo el barranco del mismo nombre.
Lo mejor es que, una vez se hace 'cima' todo era favorable hasta el arco de meta, pudiendo lanzar la bicicleta con las fuerzas que quedasen en el depósito.



Resumiendo, una marcha que puede resultar corta en cuanto a distancia y tener mucha pista y camino, pero es intensa, concentrada. Te exige. Veremos el año que viene si sigue así.
Y no puedo terminar sin agradecer como siempre a nuestros patrocinadores DoyoubikePACOM Systems, Talleres Gonzalo, Prosolutions y Edetania Personal Bankers, por todo el apoyo que nos dan.

Hasta la próxima.

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Si quieres ver las fotos de la prueba, las tienes en la galería.

Aquí puedes descargar el track de la marcha.




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Crónica de Paco Pérez.

martes, 13 de junio de 2017

Beteta Marathon Bike Xtreme


El pasado 10 de junio de 2017, fue un sábado cualquiera para mucha gente, pero no para 3 miembros del Club Ciclista Doyoubike-PACOM. 

El municipio de Beteta, con 286 habitantes, acogía en su 3er maratón de la modalidad BTT a sus 287 participantes, 1 número más que su población en 2016. Con ello, comenzaba el reto de los Doyoubikers.

Tras un largo viaje hacia "la Mancha", nos acercábamos a la recogida de dorsales en la tarde del viernes. Una organización buena, aparentemente, nos acogió con sus regalos e informativos a los inscritos (la cual dejaría mucho que desear, durante y al término de la jornada).
9 de la mañana y nos encontrábamos César, Anquela y Xeni en el punto de salida. Con el sonido de traca empezaba nuestro reto, ser finishers sin incidentes. Sabíamos que no sería fácil debido al calor, pero íbamos a darlo todo y nada iba a acabar con nuestro objetivo. 


Qué decir del paisaje, espectacular; campos, sendas y bosques en un recorrido de 82'5 km con +2000 m de acumulado. Todo era perfecto, demasiado bonito, y entonces aparecieron los problemas. Muy malas señalizaciones, un fallo de cálculo de líquidos y una mala decisión en el sólido de los avituallamientos, pasarían factura a gran parte de los corredores de la prueba. Por desgracia, algunos de los afectados fueron nuestros compañeros y amigos César y Anquela. Con problemas de líquido y debido a la falta de señalización, 12 km duros y casi +200 m de más, les penalizó con al menos 45 minutos, e hizo que se retrasaran bastante más en la llegada. A pesar de todo, no fue un impedimento.



- ¿Cómo fue el circuito? ¡Cuéntanos, ché!
- Pues ahora mismo.

Un trayecto bastante pistero y con suelo firme, hizo que fuese llevadero, no obstante, todo era un engaño. Reinaba el falso llano que engañaría a nuestra mente, pero no a las piernas. En los primeros 35 km acumulábamos unos +1000, con mucha pista inclinada y algunos descansos, pero todavía quedaba casi 50 km y no iban a ser de regalo.

Pista, rampones y alguna senda seguía en los siguientes 28 km, acompañados de 2 tramos en descenso de piedra que dormían algunas manos.

Un tramo de bosque verde, pero con una vegetación baja que te daba la sensación de arrastrar un tractor, nos metía en un tramo de pinadas que daban esa tregua en la pelea contra el Sol. ¡Y coronamos por fin! BAAAAJADITA para relajar las piernas, pero cuidado, un tramo de asfalto ponía en alerta al personal ¿y luego? ¡¡¡RAMPÓNNNNN!!! Un tramo interminable en el que, sin descanso, íbamos subiendo sin ver fin. Subías, sí, visualmente, pero daba la sensación de estar descendiendo al mismo infierno... las chicharras portaban tridente ¡qué calor! y ni gota de aire.



Una vez coronado, podías ver la última rampa que quedaba antes del último avituallamiento. ¡Un pasito más y ya lo teníamos! Reponer líquidos (si quedaba) era la esperanza. 2 tragos para el body y a por los últimos 7 km, que seguían con una divertida bajada final antes de llegar a la última rampa que nos adentraba en el pueblo. ¡Al fin, asfalto! Ello nos advertía que ya no quedaba nada. Apenas 750m, pero con una inclinación infernal, alejaban a los cuerpos desgastados de la línea de meta. 100 m ...75 m ... y a falta de 50 m, unos aplausos que avivan hasta al más muerto, nos recibieron y dieron ese empujón de fuerzas para concluir el reto. ¡Lo teníamos!



Resultado de Beteta, un buen fin de semana en buena compañía, una llegada a meta dentro de tiempo sin incidentes, ¡y un reto completado pa' la saca más que merecido!

Sólo me queda dar las gracias a César y Anquela por darme la opción de acudir, y segundo y más importante, por acogerme como uno más de la familia. 

¡Hasta el siguiente reto! ¡Nos vemos!


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Crónica de Xeni Navarro

jueves, 8 de junio de 2017

Gigante de Piedra 2017 - Vencimos al gigante


El gran reto del año llegó; el objetivo era claro: comernos la que en la actualidad es considerada la ultramaratón en bicicleta de montaña más dura de España (200 km, 6500 metros de desnivel positivo) y nosotros, corredores de XC puro, explosivos y de distancias cortas, embarcados a esta locura de horas y horas de pedaleo.

Viajamos el día anterior para alojarnos cerca de la Alcora, en Lucena del Cid e intentar dormir algo, ya que la prueba daba comienzo a las 6:00, por lo que tocaba madrugar y bien. A las 4:30 estábamos ya desayunando (¿o mejor se llama resopón?), y a las 4:50 subidos en los coches todos para bajar a la Alcora... ¿todos? Nooooo ¿Dónde está Sara?
Primer estrés de la mañana. Llegamos al parking, subimos al parque cerrado para recoger las bicis Nico y yo y... ¿dónde esta Rado? Se había olvidado la llave del candado de la bici en el coche. Total, los tres flamantes DYB listos a las 05:50 h y casi los últimos de la parrilla de salida.


Por suerte el día estaba caluroso, 18 grados a esas horas que no es normal pero que nos animó a salir de corto, eso si, detrás del todo y en poco más de 3 km ya nos encontramos con el primer embotellamiento. No le dimos importancia, pero cuando la cosa estaba llegando al km 8 y cada poco teníamos que parar, bajarnos de la bici y hacer romería, nos mirábamos y yo entendía, sin decírmelo, que estábamos perdiendo un tiempo valiosísimo de cara a llegar a los cortes, tocaba apretar los dientes y así llegamos al primer corte, km 17, con solo 20 minutos de margen... tela.

Seguimos. Teníamos que recuperar algo, con que tuviéramos un pinchazo la prueba se nos iba al garete.


Siguiente punto de corte, km 33, hora de cierre 09:00, hora de llegada 8:20. Habíamos apretado pero con el riesgo de pagarlo más adelante. Bocadillo de Nocilla a dos carrillos, rellenar los bidones, un beso rápido a las chicas (Nico y Rado jeje) y a darle que la cosa estaba ¡muy justita! Encima el Gigante empezó a tirarnos lo que tenia más a mano, en este caso una fuerte lluvia que complicaba más el terreno.

Siguiente punto de control en el km 65. Nico empezaba a no ir del todo bien, pero a medida que nos íbamos acercando a ese punto, veíamos que ya le habíamos ganado más tiempo al crono.Ttocó subir a Xodos, subida al pueblo que marcaría cómo serían las llegadas a los pueblos en lo que restaba de ruta, camino empedrado y todo para arriba! ya allí, pudimos comer unos bocadillos, engrasar la transmisión (espectacular los avituallamientos en cuanto a comida, bebida, mecánica y atención) y ver que llevábamos algo de margen de tiempo y continuar.


Justo ahí, al salir de Xodos y encarar la subida. Empezó el calvario de Nico, no iba. Calor, piernas vacías... pero en su mirada una determinación, ¡¡DERROTAR AL GIGANTE!! El pobre iba haciendo la goma mientras que Rado y yo le animábamos y le dábamos toda la rueda posible. 

¡Dale Nico! ¡Adelante! Y así. muy poco a poco y cantándole los km de uno a uno, Nico, sufriendo como un bellaco, pudo coronar; pero el tío del mazo le estaba dando duro, gracias al apretón inicial pasamos holgadamente el corte del km 75 y encaramos la que sería la subida del todo o nada: la dura subida desde Vistabella hasta Puertomingalvo, donde el Gigante de Piedra alzó su puño y dejo claro dónde estábamos, en la prueba más dura de España.


En el km 100 (Puertomingalvo), estaba el punto de corte más importante, donde podríamos comer algo contundente, recuperar, valorar la situación y tomar decisiones. Hicimos una parada larga, aproximadamente 20 minutos, tiempo para comer, recuperar, charlar con Xeni, Tesita, Sara, el hermano de Rado y su novia. Palabras de ánimo, una buena ensalada de pasta, sales y a seguir.


Comenzamos a rodar, rápida bajada de 10 km al salir de Puertomingalvo para encarar la subida larga y exigente subida a Torre Alta, donde vemos con alegría que Nico se ha recuperado plenamente de la pájara y mantiene el ritmo de subida de Rado. A estas alturas comenzamos a llevar un buen colchón de minutos sobre los tiempos de corte. Como el terreno empieza a ser favorable y nos vemos con fuerza, decidimos saltarnos los avituallamientos del km 113 y 125, planteando parada en el 141. Llegado a este punto, en el km 130, y viendo a Rado y Nico con fuerzas, tiempo de sobra y acoplados en ritmo decido darme un calentón de 70 km hasta meta. 


Sin entrar en muchos detalles tanto Nico y Rado como yo, le vamos comiendo tiempo al crono. Llegada al km 161, repostaje rápido, algo de información para las chicas sobre Rado y Nico y a seguir apretando a meta, donde yo me presenté en 13h 47´ mientras que Rado y Nico, manteniendo el plan previsto, clavaban las 14h 30´ que habíamos planificado en la estrategia de carrera. Para más guinda, todos en el top100 de la general, posiciones 61º, 93º y 94º.


Derrotamos al Gigante, no sin la importantísima ayuda de nuestro soporte logístico compuesto por Xeni, Tesita, Sara, el hermano de Rado y su novia que se recorrieron todas las carreteras de la zona para estar en cada uno de los avituallamientos y ayudarnos en lo que fuera o sencillamente tener una palabra de ánimo, gracias a ellos y al apoyo constante de nuestros patrocinadores DOYOUBIKE, PACOM SYSTEMS, PROSOLUTIONS, EDETANIA PERSONAL BANKERS y TALLERES GONZALO hemos conseguido la proeza de derrotar al gigante con una más que meritoria participación.


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Las fotos de la prueba las tienes en la galería.

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Crónica de Arturo Ortiz.