miércoles, 14 de junio de 2017

Pina despide el circuito por todo lo alto


Cinco y fin. Sí, la X Marcha BTT Santa Bárbara de Pina de Montalgrao cerró el calendario de pruebas del Circuito BTT Alto Palancia 2017 y casi 300 bicicletas estaban apuntadas a la cita, listas para que les diesen la salida a las 9 de la mañana.



Inicio muy revirado en los primeros compases, apuntando hacia el Sur y tragando mucho pero que mucho polvo (es lo que tiene salir hacia el final). Con la llegada al ancho camino de la Marina, ya era más fácil encontrar hueco y llevar la línea que querías; el terreno pica hacia arriba pero, a diferencia de la mayoría de las marchas, no hay un rampón eterno nada más empezar que te pone el corazón en la garganta. Al contrario, incluso bajamos por el camino de la Huerta de nuevo hacia Pina en lo que parecía un mini-bucle.



La bajada acabó en el cruce con el barranco del Rodeno, en las faldas de la loma de la Virgen. Allí el camino se estrecha en senda; embudo; más adelante un giro con un poco de agua seguido de curva de casi 180º, en subida y embarrada. Si sumamos todo esto y añadimos que sólo han pasado 5 km... efectivamente: tapón.
Espero pacientemente mi turno, salvo la zona y ya estamos listos para afrontar la primera dificultad en forma de subida. Por el camino del Cierzo nos hicieron llegar a los corrales de Montanero (1,4 km al 5% de media) punto en el que disfrutaríamos de la que, a la postre, sería la única senda real de la jornada.


Los corrales de Montanero

El poco más de un kilómetro de descenso por el barranco del Montanero no pasó tan rápido como esperaba. El firme de la senda no ofrecía demasiadas garantías, sobretodo en las primeras curvas, ya que las lascas de piedra hacía que la bici se deslizara sin avisar. Sea como sea y con más o menos velocidad y destreza, acababas en un falso llano cerca del cartel que informaba de la proximidad del primer avituallamiento.



Ahora sí que había que tirar hacia arriba en serio, hacia los molinos del Escorrentador, para cubrir un total de 2 km al 7,5% que se hacían interminables tanto por esa anchísima y descubierta pista de tierra, que hacía que el Sol te castigase, como por ver la romería, casi inmóvil, de ciclistas delante tuyo.



El esfuerzo fue grande, casi tanto como la recompensa que obtuvimos: prácticamente 5 km de terreno descendente, ancho, liso, que permitía alcanzar altas velocidades de forma segura, a la par que recuperar fuerzas mientras nos acercábamos de nuevo a Pina.

Entraríamos al casco urbano por un desvío del camino de la Cañada (300 m al 10,5% de media), rodando por El Calvario para enlazar por la segunda y última 'senda' de la marcha; un tramo más o menos creado para llevarnos al camino de la Canaleta sin tocar la CV-209 (pasamos bajo ella literalmente) y devorar, a continuación, unos 2,5 km de pista sube-baja.



Recuerdo que prácticamente en el cruce con el barranco del Ballestero, donde se nos desviaba para empezar a remontarlo, un voluntario comentó: '¡Va! Que ahora empieza lo bueno'.
¡Qué razón tenía! Porque nos estábamos metiendo en la Sierra de Espina, en las estribaciones de Espadán y, si la memoria no me fallaba, era a partir del ecuador de la marcha cuando el perfil se complicaba... cuatro asaltos por delante.



Tras el paso por el avituallamiento la pista rojiza se metía entre pinos y, bueno, a subir. No quedaba otra. Ascensión muy constante (2,5 km al 5% de media) hasta llegar a la cabecera del barranco del Ballestero, un breve descenso y a encarar la segunda parte hacia Los Majanos que, si bien era sólo de 500 metros, ese 11% de media te obligaba a pensar en cualquier cosa para olvidar el dolor de las piernas.



Un nuevo descenso y todo listo para el tercer asalto, que comenzaba metros antes de meternos por la pista de Marrionda. No sólo era el paisaje el que no cambiaba, el color del suelo, el calor... seguía todo igual salvo la pendiente; que sí, se reducía al 8% de media, pero la distancia a cubrir era de 1,6 km. De modo que a apretar en cada pedalada.



Un nuevo cartel de 'Avituallamiento 1 km' aparecía casi al final de 1000 metros de deseada bajada, de modo que eso es lo que nos faltaba (pensé) para acabar el cuarto Round, con un 7% de media y alcanzando la máxima cota del recorrido: 1254 m.
Botella de agua y algo para masticar, cerrarse un poco el maillot y para abajo sin pensárselo dos veces por el primer camino de nuestra izquierda.



En 4 kilómetros de descenso da tiempo para mucho; desde disfrutar de las espectaculares vistas hasta de darte cuenta de que quedan 6 km de recorrido, te faltan unos 160 de acumulado y que estás entre montañas, así que todavía debía quedar alguna sorpresa todavía... Todo esto mientras tratabas de mantener la bicicleta en la línea 'limpia', ya que con la cantidad de rodeno suelto fuera de ella, era como para pensarse el salir de la trazada.



Como era de esperar la pista se pondría cuesta arriba. Concretando, los siguientes 2,5 km (1,4 km al 7,5 % de media, el resto al 4,5% de promedio) por el camino de la Marina, lo que viene siendo remontar casi por completo el barranco del mismo nombre.
Lo mejor es que, una vez se hace 'cima' todo era favorable hasta el arco de meta, pudiendo lanzar la bicicleta con las fuerzas que quedasen en el depósito.



Resumiendo, una marcha que puede resultar corta en cuanto a distancia y tener mucha pista y camino, pero es intensa, concentrada. Te exige. Veremos el año que viene si sigue así.
Y no puedo terminar sin agradecer como siempre a nuestros patrocinadores DoyoubikePACOM Systems, Talleres Gonzalo, Prosolutions y Edetania Personal Bankers, por todo el apoyo que nos dan.

Hasta la próxima.

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Si quieres ver las fotos de la prueba, las tienes en la galería.

Aquí puedes descargar el track de la marcha.




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Crónica de Paco Pérez.

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