martes, 27 de noviembre de 2018

Lodos curativos en Losa del Obispo. Y fín.


La puerta del Circuito Serranía BTT 2018 se cerró este pasado domingo en Losa del Obispo. Se acabó (como canta María Jiménez). La novena y última prueba del calendario volvía a correrse en esta pequeña localidad donde, de nuevo, los y las losanas se volcaron con la prueba, especialmente en esta ocasión, poniéndonos todo lo más fácil posible debido a las condiciones que nos íbamos a encontrar: con lluvias los días previos y tormentón por la noche, os podéis hacer a la idea.



A nuestros 11 y al resto de participantes, ya se nos había anticipado que la subida a la Cruz quedaba anulada por temas de seguridad y poquito antes de la salida, también anunciaron que habían tenido que recortar otros 2 km por el mismo motivo.
Sea como sea se calentó lo que se pudo bajo la lluvia y luego se esperó hasta el último último momento para ponerse detrás de las vallas... Muy caros se cotizaron los espacios bajo los balcones, toldos o árboles en esos minutos.



Salida neutralizada. Pobrecitas esas bicis relucientes que bajaban por las calles del pueblo, hacia el barranco de Pilatos, para asomarnos al primer bucle de unos 8 kilómetros.
Antes de llegar a él ya habíamos empezado a meter las bicis en barro, pero cruzarlo supuso discos de freno quejándose al rodar, transmisiones crujiendo... pintaba más que bien.
Rozamos la loma del Cerro y enfilamos hacia Losa de nuevo, cruzando otra vez Pilatos (con más barro que antes), peleando contra la mano invisible que tiraba del sillín.



Al llegar a la altura del barranco del Tarragón torcimos a la izquierda, para enfrentar la subida a la ermita de la Virgen de los Dolores (450 m al 8,5% de media). Ya de por sí tiene algunos puntos de desnivel más que interesantes, pero el reto consistía en dar pedales, con las ruedas hundidas algunos centímetros en el barro y haciendo 'contramanillar' en algunos momentos, para mantener la trazada por ese tobogán arcilloso.

 

Ya en la parte de arriba podías ver los kilos de barro que llevabas pegados, especialmente, en las cubiertas... barro que se iba desprendiendo en galletas conforme bajabas por el asfalto hacia el pueblo. ¡Qué espectáculo! Y qué divertido cuando ese barro te golpeaba en la espalda, pantorrillas... o lo recogías incluso con el casco.
La cara con la que nos miraban las personas que estaban en la calle (valientes) o asomadas por las ventanas, no tenía precio.



El Doyoubike-PACOM montó la grada de apoyo a las afueras de Losa, de camino a la fuente de la Canaleta (mil gracias de nuevo). Tramo de subida asfaltada para, luego, ir por tierra hasta cruzar por tercera vez el barranco de la Cueva de la Mora. Bonita y empinada salida en curva cerca de una cantera (hoy veríamos muchas) antes de meternos por una senda que exigiría sacar a la luz nuestras habilidades de ciclocross... y nuestra capacidad de volver a calar, una vez tocado el suelo jajajaja


 

Primer avituallamiento al comienzo de los casi 4 km de subida para llegar un poquito más lejos de la Hoya del Puerco, entre canteras y minas de arcilla. Tiempo para poner las revoluciones adecuadas e ir comiendo metros sin pausa... porque aunque parecía que la distancia que habíamos cubierto hasta el momento era grande, tan solo llevábamos 14 km cuando llegamos a lo más alto, y es que el tener que ir empujando la bici por el barro sin descanso, se notaba.



Las nubes bajas casi no dejaban ver la enorme cantera de la Hoya Hermosa que teníamos a nuestros pies y a la que nos llevaba la bajada, por cierto. Ojito con los frenos que andaban algo húmedos y nos metíamos en una sendita, blanda, que serpenteaba hacia el camino de la Losa con algún paso por piedra un poco más técnico.
En la misma cantera nos tomaron la matrícula y el haber ido 6 juntos, esperándonos, tuvo el premio posterior de ganar los 20 almuerzos, ¡ole!



Nos quedamos en el avituallamiento. No porque quisiésemos hacerlo, que también (esos sandwiches de Nocilla bien lo valían), sino porque era imposible hacer girar la rueda al empezar a darle la vuelta a la cantera. Se hundía la rueda en esa plastilina marrón o arenas movedizas o como queráis llamarlo; pero es que si te bajabas a empujar la bici, te quedabas tú clavado por encima del tobillo.
Menuda odisea. Lo que sufrió la cadena en esos metros hasta que salimos del lodazal. Unos buenos meneos a la bici para desprender todo lo que se pudiera y a subir hasta el corral de Algarra, por un camino bastante llevadero para lo que habíamos hecho hasta ahora.




Parecía que ya se acababa la cosa pero la vida te da sorpresas. En el cruce, un voluntario son señalaba el camino a seguir (vereda de Losa a higueruelas) y añadía: 'os queda poco para la sendita ya'. No hay que ser muy listo para saber que nos quedaba algo todavía. Y ese algo era, ni más ni menos, una aproximación de 60 metros (15.5% de media) a una pared (135 m al 19% de media) levantada con roca suelta y resbaladiza por la que había que trepar... es que ni siquiera se veía el camino que pudieran haber dejado hecho los que pasaron antes por allí.



Contentos por haber escalado ese muro y con el aliento recuperado, iniciamos el descenso por una senda que, pese a lo mojado del terreno, se dejaba querer a medida que la recorrías, pero cuando estabas confiado, llegaba la parte de la roca embarrada... tantos voluntarios por allí no era buena señal jajaja. Pero pasados estos y salvo un par de escalones, no había más que seguir dejándose caer en dirección a la Hoya del Puerco.




De nuevo a una pista. De nuevo subida... esta vez con lluvia que no bastaba para quitarnos el barro, desde luego. Se nos terminó el camino de la Armajuela y con él la subida tendida al cerro de Roger, de modo que la organización enlazó con el camino de la Mina con una breve senda que tenía cuatro horquillas para nota.
Tras de la Mmna de Heliodoro aquello se transformó en senda a veces llámalo reguero, con sus escalones donde te podías dejar la caja del pedalier, y ya en la parte final una especie de parque acuático con barro bastante líquido que dejaba una bonita capa arcillosa marrón clarito en la bici, piernas y todo lo que se pusiese delante.



Otra vez las ruedas hundidas en el fango para salir de la cantera y de cabeza a la rambla de Tarragón. Casi literalmente porque la bajada era peliaguda. Rambla, sí. Vamos a seguir el camino que hace el agua cuando llueve, literalmente. A veces bajabas por el caminito, a veces rodabas sobre un reguero de agua chocolateada, zizagueando, con sus toboganes que hacían volver a sentarte en el sillín.



Y casi en paralelo al canal principal del embalse de Benagéber recorrimos los últimos metros antes de volver a entrar en Losa para cumplir con el trámite de la retirada del dorsal. Qué poquita gente había en la zona de meta. Estaba todo el mundo metido en el bajo donde se entregaron los premio, buscando el calor humano y los caquis que, ya cortados, nos servían sin descanso.



Pero aquí es donde se nota lo que queremos a este deporte, porque antes de ponernos a comer, fuimos corriendo a limpiar las bicis en la gasolinera (una primera vez, porque los días siguientes volvieron a pasar por la manguera) y después ya, a vaciar los platos y contar los detallitos de la jornada.



Ojo que no fue inmediato, porque teníamos primero que aplaudir a Joseph, que por primera vez, conseguía meterse en el Top3 de su categoría en una marcha de Serranía y ese trofeo, seguro, le sabía mejor que los bocadillos, chuches, gominolas o gelatinas.
Había que aplaudir... y luego ya, pues a meter algo de sustancia en el cuerpo.
Aunque nos volvieron a interrumpir (ya ves tú) para recoger el premio al equipo que llegó con más participantes juntos antes del segundo avituallamiento. ¡¡La estrategia nos funcionó a las mil maravillas!!



Con respecto a las clasificaciones, así quedamos:


Termina la edición 2018 del CSBTT. Gracias a todas las personas que han puesto su granito de arena para que pudiésemos disfrutar de estas 9 pruebas... y en particular a mi Club por haberme acompañado estos kilómetros y a nuestros patrocinadores DoyoubikePACOM Systems, Talleres Gonzalo, Prosolutions y Edetania Personal Bankers, por haber estado siempre ahí.

Hasta el año que viene, Serranía.


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Si quieres ver las fotos de la prueba, las tienes en este álbum de GoogleFotos: enlace.
Y también hay un vídeo de Gerard:



Aquí puedes descargar el track de la marcha.



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Crónica de Paco Pérez.

jueves, 15 de noviembre de 2018

La penúltima: Marcha BTT Aras de los Olmos



Los kilómetros no son un obstáculo si te empeñas en pedalear. No me refiero a la distancia que cubras con la bici, si no a lo lejos que tengas que ir para disfrutar de tu deporte favorito. A las pruebas me remito. Aras de los Olmos, la prueba más lejana del Circuito Serranía BTT y ni más ni menos que 17 de los nuestros nos desplazamos para allá. 17, que se dice pronto... y con un excelente equipo de apoyo
Es cierto que unos madrugaron más que otros, porque la 'fiesta' empezó en día de antes. Parte de la expedición buscó alojamiento el sábado y pasó allí la noche. Al resto de los mortales nos tocó poner las calles y conducir de madrugada.



Sea como fuere, a las 9 (incluso antes) ya estábamos todos por allí. Haciendo los metros de rigor para calentar... con más o menos frío y las consecuentes dudas de si salir con manguitos, chalecos, etc, saludos y a buscar el arco de meta. No llegábamos a 200 corredores en total, así que... prácticamente en la línea de salida. Bueno, con cuidadito en la salida, que el terreno estaba bastante resbaladizo.


Si antes lo decimos... en la primera curva saliendo del pueblo, donde hacía embudo, alguien señaló la dirección a seguir a los que venían detrás, le frenaron delante y se fue al suelo. Pues bien empezamos... pero no fue a mayores.
Despacito y buena letra para ir hacia Las Lomas por el camino de la Trabina, subiendo... claro, no vamos a faltar a la tradición de enfrentarnos a un costerón nada más salir.
Pero (siempre hay un pero, aunque esta vez es bueno) en esta ocasión teníamos una temprana sendita, llegados al alto de la Sarteneja, que nos acercó casi a la cabecera del barranco de la Sangre de Cristo.




Vino genial tenerla tan pronto, porque ya podías preveer cómo se iba a comportar la bici con ese terreno húmedo, genial... para dejarla correr lo que hiciese falta. Pero cuando te salías de la línea o había algo más de piedra desnuda (que la había) aquello patinaba más de lo deseado... incluso con presiones más bajas, que muchos sacamos algo de aire antes de que el cronómetro empezase a funcionar.




Pista ancha y mira, detrás de la loma Batana estaba escondido el puntal de la Trabina (1 km al 8% de media), dando continuidad a la subida. Primera vez que pasaríamos por esa cumbre, aunque por caminos diferentes y también, primera de las dos veces que bajaríamos por la senda con las marcas del PRV-187 (Los Rubiales-Río Turia). No tan húmeda, rápida y con curvas abiertas enlazadas que poco hacían que tirases de frenos.




Cruce a la izquierda, ancho camino, meter piñones y a subir (fácil) hasta un punto donde volvían a aparecer las señales blancas y amarillas del PRV-187, junto con las blancas y verdes del Sl-CV62, llevándonos a una de las partes más bonitas del día, en la cabecera del barranco de las Balsillas.
Un single track de 2 km despejado, al principio es cierto que había que andarse con ojo con las resbaladizas piedras, pero el resto era una gozada... incluso las pocas horquillas eran salvables.




Con las piernas esperando acción, se cruzaba el barranco de Valdelagua, donde había un hombre que nos dijo: 'ánimo que os viene la subida'. Déjà vu. La imagen del año pasado de todo el mundo empujando la bici en el camino de los Rubiales... volvía a la mente. Llegaban esos 700 m al 15,5% de media, donde la primera parte, fresco, todavía se llevaba con dignidad, pero los últimos 200 metros que alcanzan el 20% de media te daban un buen sopapo en la cara. Exacto: a tirar de gemelos.



y sólo llevamos 10 kilómetros... Menos mal que luego estaba el primer avituallamiento y, si te daba la respiración, podías beber y pedalear algo más tranquilo por la senda de la Araña mientras se rodeaba el puntal del Losar para acabar al lado del barranco de Torrecilla y seguir su curso por otra senda preciosa, igual de rápida que la anterior, pese a esos 6 giros de casi 180º, que se dejaba paladear. Disfrutona.



El camino de los Rubiales nos esperaba abajo, unos minutos previos de poder echar mano al bidón porque, cruzado el puente sobre el barranco, se nos presentaba la subida larga de la jornada (3,5 km al 8,5% de media), constante, que acababa en el puntal de los Sobacos, donde estaban las mesas que la organización había puesto como segundo avituallamiento.
Se nos sacaba del camino de las Espartosas para hacer un descenso, pero no era más que una estratagema que nos llevaba a la parte baja de este camino, teniéndolo que remontar luego para llegar, por segunda y última vez, al puntal de la Trabina (esta vez por la cara Norte).



Pasada la caseta la caseta emisora y el vértice geodésico (1093 m), bajábamos por la misma senda que lo hicimos casi al principio de la marcha, con dos diferencias. La primera es que ya la conocías y te permitía ir un poquito más rápido. la segunda es que, casi al final, estaba apostado un grupo de personas que te jaleaba sin descanso cuando descubrían que eras del Doyoubike-PACOM. ¡¡Gracias!!


Esquivábamos ahora el alto de la Sarteneja por una trialera que precisaba algo más de técnica que las anteriores y que nos acercaba al camino de la Burguesa, para que nos metiésemos de lleno en el sendero local SL-V22, para mi, la parte más entretenida del día.
A medida que descendías por el barranco del Tornajuelo y del Regajo, te encontrabas con toboganes, que si un escalón, que si un paso por roca, ahora por terreno casi encharcado, luego que si hierba, paso por bancales, charcos... de tot un poc.





Lo realmente divertido vino al tener que badear dos veces el barranco del Regajo, una vez a cada lado del puente bajo la CV-35 y siempre gracias a tablones colocado por la organización. A la salida del primero teníamos un interesante trocito de lodo rojizo arcilloso que se quedaba pegado como si no hubiera un mañana... Yo tenía semejante mazacote en las cubiertas, que pídeles tú que subieran el rampón de salida. A empujar de nuevo.
Por suerte antes del siguiente muro (50 m al 20% de media) se limpiaron algo, pero (siempre hay un pero) aunque no había barro, tampoco había fuerzas jajajaja. Un empujoncito y de cabeza al camino viejo del Collado de Alpuente.


Tramo que hacía pupa en las piernas... más todavía viendo el pueblo a la izquierda y que en todos los cruces de caminos, las marcas de cal te seguían marcando recto. Nada de torcer. Súmale el vientecillo de cara y que en esos dos kilómetros el camino picaba hacia arriba y ya tienes la combinación perfecta para estar deseando acabar.




Por fin nos dejaban caer hacia Aras. A más de 35 km/h el característico muro de piedra seca que nos encajonaba, era la antesala del arco de meta. Ganado. Sudado. Sufrido... y con aplausos en la meta, ¿¿qué más se puede pedir??.



Quizás un poquitito de Sol mientras dábamos cuenta del catering en el frontón... Poco a poco todos, insisto, todos cumplimos con el trámite de la retirada del dorsal. Especial mención a Martín que acabó cruzando el arco pese a arrastrar dolores por la caída del día anterior.
En definitiva, ir haciendo tiempo recibiendo a los compañeros en meta, haciéndonos fotos, comiendo... hasta que nos llamaron al podio por haber sido el segundo club con más corredores ¡ole!



Por cierto, que así es como quedamos:


Gracias y muchas a quienes provocan la envidia entre los otros corredores por el apoyo que nos dan antes, durante y después de la prueba y también a DoyoubikePACOM SystemsEdetania Personal Bankers, Talleres Gonzalo y digitis.

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Si quieres ver las fotos de la prueba, las tienes en este álbum de GoogleFotos: enlace.

Aquí puedes descargar el track de la marcha.



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Crónica de Paco Pérez.

jueves, 8 de noviembre de 2018

La Sierra de Espadán de cabo a rabo


Cuando se planteó esta ruta en el brainstorming de la reunión para definir el calendario de salidas, nos pareció una barbaridad por el tema del acumulado, pero ahora puedo decir que mereció la pena todos y cada uno de los metros que ascendimos en esta jornada para enmarcar. Gracias César por el aporte, de verdad.
A Vall d'Uixó nos fuimos Luis, Miguel Ángel García, Edu, Gerard, Martín y yo, con bastante fresco cuando salías del coche para montar la bici (después de decidir dónde diablos aparcarlos).



La jornada se presentaba maratoniana y (casi) estábamos preparados. Lo importante era no cebarse al principio e ir degustando los puertos que tendríamos que superar; nueve picos destacaban en el perfil de la ruta y puestos a empezar, ¿porqué no empezar ya subiendo el primero nada más empezar, así, a pelo? Pues eso, dirección Alfondeguilla a cumplir con el Marianet (4,5 km al 5% de media) que nos daba una subida constante y por buen asfalto para ir entrando en materia.



La ropa que nos medio-sobraba en la subida, nos faltaba en la bajada... y es que estar entre los 9-13ºC, en función de si te daba o no el Sol, se notaban. De camino a Chóvar ya estábamos pedaleando dentro del Parque Natural de la Sierra de Espadán, por la CV-219, remontando el barranco de Ajuez hasta llegar al pueblo, donde hicimos un reagrupamiento.



Más que nada porque venía el siguiente puerto, el collado de Eslida (6 km al 4,5% de media), que iríamos subiendo cada cual a nuestro ritmo, empezando a disfrutar de las bonitas vistas de esta parte más oriental de la sierra.



La bajada ya fue otra cosa, con un poquito más de nervio, pero respetando en las curvas, porque el cambio de color del asfalto, indicaba que había humedad y tocar el freno más de la cuenta... pues eso. Con buena letra hasta las calles de Eslida. Lo peor fue pasar por delante del bar Paquita y ver semejante multitud de bicicletas 'desatendidas' y tantas grupetas dando buena cuenta de bocadillos. Mejor mirar para otro lado y seguir ganando acumulado hacia Aín.



Próxima estación el monte de la Torreta, muy cerca de Alcudia de Veo. Fácil... aunque algunos cuerpos empezaban a hacerle más caso a los estómagos que a la sensación de frío. Todavía quedaba algo para sentarnos a la mesa, pero eso se olvidaba cuando llegábamos zonas en las que era imposible no bajarse de la bici para sacar una foto, como en el embalse de Benitandús.



Se terminó la larga bajada en Tales, justo donde nuestra carretera torcía a la izquierda hacia Sueras, pegadita al río Anna. ¿Almorzar? Edu nos aconsejó (muy bien, por cierto) posponerlo al menos una hora más, porque nos quedaban algunas subidas interesantes antes de llegar a mitad de ruta (Villamalur).



Aplicamos el 'Divide y vencerás' y las fuimos atacando por partes, sin volvernos locos. Primero llegar a las faldas del collado de Aióder (4 km al 5,5% de media) que vendría seguida de un corto descenso. Corto para nosotros, porque tuvimos que desviarnos hacia la izquierda en dirección Villamalur, adentrándonos de nuevo en el Parque Natural... que estábamos rodando prácticamente en sus límites.



Siguiente punto donde enfocar tus pedaladas, la loma del Corral de Justo (1,8 km al 7% de media). Un cambio de carretera notable. mucho más estrecha, con el firme más irregular, más umbría... pero cada vez con más encanto.
Especial ilusión nos hizo ver cómo algunas casas asomaban entre los árboles, todavía estaban bastante arriba, pero el saber que la parada para reponer energías estaba realmente cerca, nos catapultó hacia arriba y superamos el último escollo (2 km al 6,5% de media). Unos lo celebramos con el agua de la fuente del Concejo y otros...



Habíamos completado la mitad de la ruta y es obvio que nos merecíamos un premio. El dueño del bar nos abrió la cancela para dejas las bicicletas a buen recaudo y no tener que preocuparnos más que en elegir qué plato combinado nos apetecía más que nos preparasen... dos veces tuvo que tomarnos nota por la cantidad de cambios que íbamos haciendo cuando escuchábamos lo que había pedido el compañero jajajaja.



Y así 'malgastamos' como una hora, hablando desde qué GPS era mejor hasta qué compañía telefónica ofrecía mejores condiciones. El caso era estirar la sobremesa lo suficiente como para que la comida bajase lo suficiente y tener las piernas contentas con el descanso, para poder exigirles un esfuerzo igual al que habían hecho hasta ahora.



La vuelta al trabajo siguió por la pista de Matet. Pista... no penséis que era de tierra, pero poco le faltaba ya al asfalto. Un buen rampón para rodear los Vallejos y volvimos a notar la comida en la garganta. Ya estábamos igual (o un poco peor) que hacía una hora.

Rodeado el Cabezo, teníamos por delante la subida a la cota más alta, además de ser la más bonita del día que terminaba cerca del Alto de las Orenzas (2,8 km al 7,6% de media).


Bajadita con algo de tiento por la gravilla acumulada en algunas curvas, por no decir en todas, que acabó en Matet, pueblo que está en el límite del Parque Natural; de modo que habíamos conseguido atravesarlo, a lo ancho. Mirando la parte positiva, sólo nos quedaban 4 puntas en el perfil. La parte 'negativa' nos la encontramos en la CV-213: obras en la carretera que no nos impidieron el paso, aunque sí que tuvimos que bajar con precaución, pero... que nos quiten la sesión de ciclocross.


En el descenso hacia Algimia de Almonacid, se vino con nosotros el termómetro (14ºC) pero como a continuación nos tocaba rodar por carretera abierta, con el Sol a la espalda...  la escalada al Collado de la Alcudia (3 km al 6% de media... con 200 m casi al 12%), se hizo más soportable. se hizo... cada cual se la tuvo que hacer más soportable, mejor dicho.
Reunión donde cambiaba la pendiente, un poco de descanso y dejarse caer hasta Alcudia de Veo.


Qué rápido pasan así los kilómetros.
En Alcudia de Veo fue donde empezamos con este bucle que nos metió en plena Sierra de Espadán y llegados aquí, lo único que nos quedaba era desandar el camino para llegar a Vall d'Uixó. Por distancia, era un poquito más de 30 km pero, claro, con tres dificultades intercaladas no iban a ser tan cómodos de recorrer.


La primera nos la merendamos casi sin darnos cuenta, ya que fuimos hablando entre nosotros sobre la verdaderamente importante, de modo que rodeamos Aín, volvimos a hacer el túnel en curva tipo sacacorchos, apareciendo otra vez en las calles de Eslida. Ahí empezaba el puerto duro que nos quedaba: de nuevo el collado de Eslida pero esta vez por la cara Norte, de modo que nos detuvimos en la fuente a rellenar bidones, comer algo y a dar pedales para meterlo a 'la cassola' (5 km al 6,5% de media).


A estas alturas de la película las piernas ya estaban para no muchas alegrías (por no decir ninguna). Por consiguiente, meter desarrollo y para arriba. Pedaleando entre alcornoques, notando la humedad en la primera parte del puerto... pero sin pausa.
La segunda mitad, más abierta, permitía volver a disfrutar de la panorámica de la Umbría del barranco de Xova.
Minutos más tarde ya estábamos todos arriba del todo y lo celebramos con unas fotos, porque ahora sí que se veía el final.



Paso rápido por Chóvar (no nos hizo falta para nada volver a parar en la fuente) y giro a la izquierda para encararnos por segunda vez al Marianet. Última dificultad para nuestras castigadas piernas que, para decir la verdad, algo se quejaron por ponerles de nuevo una rampa que, aunque no dura (2 km al 4% de media) si se prolongaba más de lo que les hubiese gustado.


Y ahora sí que sí, no habría que dar casi pedales para cubrir la distancia a Vall d'Uixó. Bajadita buena, erguidos en las bicis, regocijándonos en las curvas... hasta llegar a los coches.
Todos estos minutos de calma se transformaron en prisas de manera instantánea por la cantidad de mosquitos que había donde estaban aparcados los vehículos... cargar rápido las bicis y despedida apresurada antes de llevarnos más picaduras de las necesarias.

Preciosa ruta, de las de repetir. Una muy buena jornada con los compañeros, por las carreteras de esta sierra. Nos quedó un muy buen sabor de boca y un buen dolor de piernas jajajaja

Gracias a DoyoubikePACOM SystemsEdetania Personal Bankers, Talleres Gonzalo y digitis, porque también tienen la 'culpa' de que pasemos estos buenos raticos.

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Si quieres ver las fotos de la salida, las tienes en la galería.
Y este es el vídeo que se ha currado Gerard:


Aquí puedes descargar el track de la salida.



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Crónica de Paco Pérez.