martes, 27 de noviembre de 2018

Lodos curativos en Losa del Obispo. Y fín.


La puerta del Circuito Serranía BTT 2018 se cerró este pasado domingo en Losa del Obispo. Se acabó (como canta María Jiménez). La novena y última prueba del calendario volvía a correrse en esta pequeña localidad donde, de nuevo, los y las losanas se volcaron con la prueba, especialmente en esta ocasión, poniéndonos todo lo más fácil posible debido a las condiciones que nos íbamos a encontrar: con lluvias los días previos y tormentón por la noche, os podéis hacer a la idea.



A nuestros 11 y al resto de participantes, ya se nos había anticipado que la subida a la Cruz quedaba anulada por temas de seguridad y poquito antes de la salida, también anunciaron que habían tenido que recortar otros 2 km por el mismo motivo.
Sea como sea se calentó lo que se pudo bajo la lluvia y luego se esperó hasta el último último momento para ponerse detrás de las vallas... Muy caros se cotizaron los espacios bajo los balcones, toldos o árboles en esos minutos.



Salida neutralizada. Pobrecitas esas bicis relucientes que bajaban por las calles del pueblo, hacia el barranco de Pilatos, para asomarnos al primer bucle de unos 8 kilómetros.
Antes de llegar a él ya habíamos empezado a meter las bicis en barro, pero cruzarlo supuso discos de freno quejándose al rodar, transmisiones crujiendo... pintaba más que bien.
Rozamos la loma del Cerro y enfilamos hacia Losa de nuevo, cruzando otra vez Pilatos (con más barro que antes), peleando contra la mano invisible que tiraba del sillín.



Al llegar a la altura del barranco del Tarragón torcimos a la izquierda, para enfrentar la subida a la ermita de la Virgen de los Dolores (450 m al 8,5% de media). Ya de por sí tiene algunos puntos de desnivel más que interesantes, pero el reto consistía en dar pedales, con las ruedas hundidas algunos centímetros en el barro y haciendo 'contramanillar' en algunos momentos, para mantener la trazada por ese tobogán arcilloso.

 

Ya en la parte de arriba podías ver los kilos de barro que llevabas pegados, especialmente, en las cubiertas... barro que se iba desprendiendo en galletas conforme bajabas por el asfalto hacia el pueblo. ¡Qué espectáculo! Y qué divertido cuando ese barro te golpeaba en la espalda, pantorrillas... o lo recogías incluso con el casco.
La cara con la que nos miraban las personas que estaban en la calle (valientes) o asomadas por las ventanas, no tenía precio.



El Doyoubike-PACOM montó la grada de apoyo a las afueras de Losa, de camino a la fuente de la Canaleta (mil gracias de nuevo). Tramo de subida asfaltada para, luego, ir por tierra hasta cruzar por tercera vez el barranco de la Cueva de la Mora. Bonita y empinada salida en curva cerca de una cantera (hoy veríamos muchas) antes de meternos por una senda que exigiría sacar a la luz nuestras habilidades de ciclocross... y nuestra capacidad de volver a calar, una vez tocado el suelo jajajaja


 

Primer avituallamiento al comienzo de los casi 4 km de subida para llegar un poquito más lejos de la Hoya del Puerco, entre canteras y minas de arcilla. Tiempo para poner las revoluciones adecuadas e ir comiendo metros sin pausa... porque aunque parecía que la distancia que habíamos cubierto hasta el momento era grande, tan solo llevábamos 14 km cuando llegamos a lo más alto, y es que el tener que ir empujando la bici por el barro sin descanso, se notaba.



Las nubes bajas casi no dejaban ver la enorme cantera de la Hoya Hermosa que teníamos a nuestros pies y a la que nos llevaba la bajada, por cierto. Ojito con los frenos que andaban algo húmedos y nos metíamos en una sendita, blanda, que serpenteaba hacia el camino de la Losa con algún paso por piedra un poco más técnico.
En la misma cantera nos tomaron la matrícula y el haber ido 6 juntos, esperándonos, tuvo el premio posterior de ganar los 20 almuerzos, ¡ole!



Nos quedamos en el avituallamiento. No porque quisiésemos hacerlo, que también (esos sandwiches de Nocilla bien lo valían), sino porque era imposible hacer girar la rueda al empezar a darle la vuelta a la cantera. Se hundía la rueda en esa plastilina marrón o arenas movedizas o como queráis llamarlo; pero es que si te bajabas a empujar la bici, te quedabas tú clavado por encima del tobillo.
Menuda odisea. Lo que sufrió la cadena en esos metros hasta que salimos del lodazal. Unos buenos meneos a la bici para desprender todo lo que se pudiera y a subir hasta el corral de Algarra, por un camino bastante llevadero para lo que habíamos hecho hasta ahora.




Parecía que ya se acababa la cosa pero la vida te da sorpresas. En el cruce, un voluntario son señalaba el camino a seguir (vereda de Losa a higueruelas) y añadía: 'os queda poco para la sendita ya'. No hay que ser muy listo para saber que nos quedaba algo todavía. Y ese algo era, ni más ni menos, una aproximación de 60 metros (15.5% de media) a una pared (135 m al 19% de media) levantada con roca suelta y resbaladiza por la que había que trepar... es que ni siquiera se veía el camino que pudieran haber dejado hecho los que pasaron antes por allí.



Contentos por haber escalado ese muro y con el aliento recuperado, iniciamos el descenso por una senda que, pese a lo mojado del terreno, se dejaba querer a medida que la recorrías, pero cuando estabas confiado, llegaba la parte de la roca embarrada... tantos voluntarios por allí no era buena señal jajaja. Pero pasados estos y salvo un par de escalones, no había más que seguir dejándose caer en dirección a la Hoya del Puerco.




De nuevo a una pista. De nuevo subida... esta vez con lluvia que no bastaba para quitarnos el barro, desde luego. Se nos terminó el camino de la Armajuela y con él la subida tendida al cerro de Roger, de modo que la organización enlazó con el camino de la Mina con una breve senda que tenía cuatro horquillas para nota.
Tras de la Mmna de Heliodoro aquello se transformó en senda a veces llámalo reguero, con sus escalones donde te podías dejar la caja del pedalier, y ya en la parte final una especie de parque acuático con barro bastante líquido que dejaba una bonita capa arcillosa marrón clarito en la bici, piernas y todo lo que se pusiese delante.



Otra vez las ruedas hundidas en el fango para salir de la cantera y de cabeza a la rambla de Tarragón. Casi literalmente porque la bajada era peliaguda. Rambla, sí. Vamos a seguir el camino que hace el agua cuando llueve, literalmente. A veces bajabas por el caminito, a veces rodabas sobre un reguero de agua chocolateada, zizagueando, con sus toboganes que hacían volver a sentarte en el sillín.



Y casi en paralelo al canal principal del embalse de Benagéber recorrimos los últimos metros antes de volver a entrar en Losa para cumplir con el trámite de la retirada del dorsal. Qué poquita gente había en la zona de meta. Estaba todo el mundo metido en el bajo donde se entregaron los premio, buscando el calor humano y los caquis que, ya cortados, nos servían sin descanso.



Pero aquí es donde se nota lo que queremos a este deporte, porque antes de ponernos a comer, fuimos corriendo a limpiar las bicis en la gasolinera (una primera vez, porque los días siguientes volvieron a pasar por la manguera) y después ya, a vaciar los platos y contar los detallitos de la jornada.



Ojo que no fue inmediato, porque teníamos primero que aplaudir a Joseph, que por primera vez, conseguía meterse en el Top3 de su categoría en una marcha de Serranía y ese trofeo, seguro, le sabía mejor que los bocadillos, chuches, gominolas o gelatinas.
Había que aplaudir... y luego ya, pues a meter algo de sustancia en el cuerpo.
Aunque nos volvieron a interrumpir (ya ves tú) para recoger el premio al equipo que llegó con más participantes juntos antes del segundo avituallamiento. ¡¡La estrategia nos funcionó a las mil maravillas!!



Con respecto a las clasificaciones, así quedamos:


Termina la edición 2018 del CSBTT. Gracias a todas las personas que han puesto su granito de arena para que pudiésemos disfrutar de estas 9 pruebas... y en particular a mi Club por haberme acompañado estos kilómetros y a nuestros patrocinadores DoyoubikePACOM Systems, Talleres Gonzalo, Prosolutions y Edetania Personal Bankers, por haber estado siempre ahí.

Hasta el año que viene, Serranía.


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Si quieres ver las fotos de la prueba, las tienes en este álbum de GoogleFotos: enlace.
Y también hay un vídeo de Gerard:



Aquí puedes descargar el track de la marcha.



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Crónica de Paco Pérez.

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