martes, 23 de marzo de 2021

Brevet 200 Massamagrell (Betxí-Pedralba)

A las 7:00 de la mañana, un año después. Llegó el turno de rodar la Brevet 200 (Betxí - Pedralba).

En realidad nos apuntamos varios miembros del Club el año pasado por eso de probar algo diferente en esto de las bicicletas (mira que hay cosas diferentes ¿eh?), pero por unas o por otras, acabamos yendo el que escribe y Paco Caballer. Yugo también tenía cita hoy con la Brevet, pero su recorrido era diferente... habrá que decirle que se ponga con su crónica 😏.

 

Fresquito (5 grados), nublado y con viento (las previsiones eran tirando a malas para todo el día). Así salimos hacia Massamagrell porque si la prueba eran 200 Km, más o menos, ¿qué más nos daba hacer una veintena más? Un par de centenares de kilómetros OMG. Ya que la noche de antes no hubieron fallas, ya nos pegamos fuego nosotros.

Con toda la intendencia cargada, ya que esta vez no habría avituallamientos, confiamos en que habría suficiente... aunque por suerte para nosotros, los puntos de control se hacían en bares jajajaja.

Por cierto, aunque en la inscripción estaba incluido el almuerzo en Gátova, por las restricciones que hay, no se podía hacer y junto con la documentación se nos devolvió a cada uno los 5€ del importe.

Para quien no haya oído hablar de las brevets: se trata de una prueba no competitiva en la que se te entrega un pasaporte que debes sellar en una serie de puntos de control a lo largo de un recorrido. Para que se te homologue, tienes un plazo máximo de tiempo para cubrir toda la distancia y también unas horquillas de tiempo en las que pasar por los diferentes puntos de control que la organización haya puesto.

Allí que estábamos a las 7:30 en el bar Massamagrell (inicio y final de la ruta) con nuestro pasaporte y bolígrafo; nos hicimos la foto de rigor en el primer punto de paso (algo que debíamos ir enviando a la organización) y carretera.


Ya conoces como es el tramo entre Massamagrell y Sagunto. Primero completamente despejado (vayas por la carretera o el carril bici) hasta Puçol y luego por el camino viejo de Llíria hasta Sagunto, más de lo mismo. Primera oportunidad: nos pusimos a rueda de un solitario ciclista para empezar a economizar en la medida de lo posible, aunque duró poco... pero por suerte, antes de llegar a Almenara y como agua de Mayo, un grupito de 5 nos alcanzó... ¡a rueda sí o sí! Qué bien se rueda resguardadito. Solo es cuestión de guardar el orden y au.
Y la cosa mejoró, porque por detrás llegó otro grupo un poco más numeroso e hicimos grupeta. Menos mal, porque esos 15 kilómetros hasta Nules se nos hubieran hecho bola... como los 10 que nos separaban de Betxí, siempre picando hacia arriba (y contra el viento). Anda que no iban a gusto los que rodaban en dirección contraria. Envidia.


Primer punto de control. Foto en el bar Cullidors, cuño y a deshacer el camino bien ligeros, porque incluso cuando torcimos por la Vilavella hacia Alfara de la Baronía, rodeando las estribaciones de la sierra Espadán, a veces teníamos el viento de cola. De todos modos, aunque la ruta marcaba ir por la N-225 desde Moncofa, preferimos ir por la vía de servicio paralela: puede que peor asfalto y seguramente perdiendo algo de tiempo, pero si podíamos evitar tráfico, mejor.


La cuestión importante es que para llegar a Segorbe, 15 km, volvíamos a tener pendiente positiva delante (no os olvidéis del viento en contra), que hicieron que al llegar a Soneja ya nos estuviésemos planteando seriamente el hacer un alto, allá donde fuera, para almorzar. De modo que el primer bar que vimos en Segorbe con terraza al Sol, lo hicimos nuestro... lo que fuera por estar un ratillo sin dar pedales.

Estando allí parados pasó un grupo de ciclistas al que no se le hubiera prestado mayor atención, pero uno de ellos llevaba una equipación de invierno antigua del Club (nadie conocido), por lo que se nos quedó en la mente... ya volveremos con ellos.


Dimos buena cuenta del almuerzo, rellenamos bidones y ya teníamos en el punto de mira el puerto de Xirivilla. Sabemos que no es la mejor opción la de almorzar antes de enfrentarse a un puerto, pero los 100 Km anteriores bien merecían el descanso.
Y allá que nos encaminamos a cruzar la Calderona. No sé desde dónde consideráis el inicio del puerto como tal, si desde que cruzas el barranco de las Cerveras (los últimos 4 kilómetros al 6,5% de media) o prácticamente desde que sales de Altura... pero de un modo u otro, íbamos con el viento a nuestra espalda. Una bendición, vamos. Bonitas rampas, curvas y vistas.


Parada obligada en Gátova, ya que allí estaba el segundo punto de control del recorrido (Bar la Fuente) y a seguir disfrutando de la bajada hasta Olocau para enlazar con los 22 km hasta Pedralba por el trazado de AVAPACE. Terreno siempre un poquito favorable y con el viento, que había rolado, entrando de costado... pero empujando, agradecidos en todos los repechos. con esa tranquilidad, hasta pusimos pie a tierra.


En estas que llegamos al tercer bar donde teníamos que fichar (bar Chiringuito) y haciéndonos la foto, llega el grupo con el ciclista vestido del Club. Los ojos como platos se nos quedaron... Nos dijeron que habían salido media hora antes que nosotros de Massamagrell, por lo que Paco y yo pensamos que no lo estábamos haciendo tan mal.
Entraron, cuñaron y se fueron mientras hablaban sobre qué ruta seguir.
Nosotros nos quedamos una rato más largo tanto para descansar las piernas, que ya empezaban a mandar señales de aviso, como para tomar un tentempié.
Incluso barajamos la opción de llegar a Llíria por Vilamarxant, por si nos podíamos quitar algo de viento... pero viéndolo en el mapa y como era una opción más larga en distancia, lo dejamos pasar.


Nos quedaban unos 50 km por delante, de los cuales la primera veintena hasta Marines, serían por la misma carretera por la que habíamos venido. Muerte. El viento de cara empezó a ganar en intensidad, tanta que la salida de Llíria la hicimos por el carril bici buscando la protección de los pocos árboles que hay. Mal. De hecho en la gasolinera de Marines tuvimos que parar a darles un respiro a las piernas mientras nos animábamos con la idea de que al girar 90 grados para enfilar a Bétera, al menos tendríamos el viento de costado.


Pero no, ya sabéis cómo de caprichoso es... y efectivamente cambió la dirección lo suficiente como para seguir frenando. ¡Qué hartura! En esas estábamos cuando ¡sorpresa! El grupito de nuevo jajajaja. A la pregunta de: '¿por dónde habéis ido?' el chico del maillot contestó 'no me hagas hablar'. La cosa es que llevaban como 20 kilómetros más que nosotros por lo que nos contaron.
Con ellos llegamos al cruce con la carretera de Nàquera. Ellos tiraron hacia arriba y Paco y yo, nos metimos por el camino viejo de Sagunto, para evitar hacer esa parte en subida y encima con el freno del aire. Daba igual. Creo que el viento más fuerte lo tuvimos en esta parte. Ya hasta de mala leche y todo. Quizá esa fue la razón por la que pasamos por esos 100 metros inundados del camino, donde los coches estaban parados pensándose si tirar adelante o no.



Sea como sea, acabamos llegando al cuarto y último punto de control para cerrar el círculo... antes de que llegara el grupo de cinco jajaja. Sus caras al vernos allí fueron todo un poema.
Nosotros plegamos velas y cada mochuelo a su olivo. Cansados, se supone que con piernas (no las notaba) y deseando meternos entre cuatro paredes para dejar de escuchar (y notar) el zumbido del viento.


Brevet hecha, que es lo importante, dando visibilidad a nuestros patrocinadores Doyoubike, AAACapital y Talleres Gonzalo y al día siguiente ya disfrutaremos de lo hecho... cuando nos despeguemos de la almohada e incluso podremos agradecer los mensajes de apoyo que nos mandasteis por Whatsapp.

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