miércoles, 12 de febrero de 2020

Transalèdua: un básico para el invierno


No hemos llegado al pico de marchas de abril-mayo, en el que (ya ves tú que problema) hay que decidirse entre las 6 pruebas que te puedes encontrar en un mismo fin de semana. En estos primeros meses del año, con menos oferta, se suelen dedicar a hacer base o a quedarse en la cama por el frío... pero te puedes encontrar pequeños diamantes y la marcha BTT de Llombai, la Transalèdua, es sin duda uno de ellos.
Te ofrece un recorrido cambiante con pistas, caminos, sendas... vaya sendas. Si lo tuyo es buscar el límite de tu bici bajando sobre piedras, escalones, raíces te aconsejo que la apuntes para el año que viene.


Algo más de 400 almas nos juntamos en Llombai, para esta prueba que abría el calendario del Circuit BTT La Ribera. Fresco de buena mañana y bajando la niebla por momentos allá donde empezaría la carrera y es que en esta edición, el recorrido se invertía con respecto al de 2019; muy buena idea esa de no repetir el mismo trazado una y otra vez, algo que deberían copiarse otras organizaciones.
¡En marcha!
Salimos hacia la ermita de Sant Antoni y desde allí a la Ponderosa. Vaya tres kilómetros de 'calentamiento': hormigón (460 m al 10,6% de media) seguido de dos escalones de asfalto del camino de Passelvir (670 m al 6,5% de media y 1 km al 4,5% de media).


Si levantabas la mirada veías caer las gotas por la visera del casco. ¿Sudor? No; la niebla, que condensaba que era una maravilla. Bicicletas mojadas, gafas empañadas y los frenos... sinfonía de trompetas en la primera sendita de bajada que empezaba en la cabecera del barranc Ample.
Cruzamos de bajada la zona de La Pedrera para llegar al barranco del Sogrony, cruzarlo y por el camino de Real de Montroi acercarnos a la Talaia. Allí nos encontramos con un par de sendas que subían un punto la exigencia, tanto en su versión ascendente (especialmente por el terreno húmedo) como al tirar hacia abajo: horquillas, escalones y las primeras piedras que ya asomaban.


Bajada esta última que nos dejaba en la Vereda del camino de Valencia, que en esta parte se embarranca y de qué manera. Taponaco (estuvimos como 10 minutos parados); conforme adelantamos, nos vimos metidos en un tramo de barro líquido, rocas resbaladizas debido all barro dejado por quien había pasado antes... una vez fuera, cuatro golpes a las calas para quitar todo el 'sobrante' y a seguir. ¡Ah no! Que hay avituallamiento (chuches).


Si el parón había valido para recuperar las piernas, era el momento de ponerlas a trabajar de nuevo, porque tocaba subir al barranc de la Farina. 1500 metros que se iban complicando a cada metro recorrido (los últimos 600 m, rotos, al 10,5% de media) y la bajada que vendría después no daba tregua los brazos y muñecas. La zona de la Pedrera tiene bien ganado su nombre.


Quedaba bien poco para cerrar el primer bucle: subir al camino de Passelvir, un tramo llano... llano en cuando a la pendiente, porque tenía una de rocas que era complicado mantener una velocidad aceptable, pero al llegar entre el barranco del Quixal y el de Soto, en la loma de Sant Antoni, vendría una de las dos mejores sendas del día... y pensar que el año anterior la hicimos entera de subida.
Después de tener un desagradable encuentro con unos que bajaban con sus eBikes (os lo tenéis que hacer mirar) pusimos a trabajar las horquillas, amortiguadores, rodillas, codos y cualquier articulación que absorbiera tanta roca. Vaya manera de disfrutar.


En la Ermita de Sant Antoni, dolçaines i tabalets ponían música a la bajada por las escaleras que, casi, abrían el segundo bucle de la marcha, yendo hacia el Norte del municipio siguiendo la orilla derecha del río Magro. Buen tramo para hacer lo posible y recuperar las piernas, porque quedaba bastante tela que cortar en los 12 km que le debíamos a la marcha.


en el cruce del barranco del castillo con la acequia d'Alèdua, teníamos el segundo avituallamiento. Tiempo para pensar que tendríamos que remontar un pedregoso y empinado tramo hasta el barranco d'Antonino la Sardinera, dejando a nuestra derecha la preciosa fortaleza árabe d'Alèdua (s. XII). Allí nos esperaba la subidita hormigonada al Portitxol (750 m al 10,5% de media). Luego seguiríamos hacia arriba, pero de una manera más tendida, hasta abandonar el camino de l'Estepar y adentrarnos, por senda, en el Plà de l'Estepar, sendear por la Cotrampa y bajar pegaditos al barranco del Tío Traca.
Mascletá es lo que hubo en ese momento. La rotísima salida del barranco (300 m al 12% de media) quemó todas las naves que podían quedar en nuestros músculos a esas alturas.


Pero la senda que nos quedaba (casi) nos hizo olvidar el dolor de piernas. Eso sí, si querías ir rápido, las manos volverían a sufrir. Qué gozada de senda, qué de rocas, qué de escalones (qué bueno llevar la mousse jajajaja)... y qué pronto llegamos al cruce con el río, hablando de esta bajada y de la marcha en general.
Unas risas al pasar por la plataforma sobre el agua y a pensar en el avituallamiento de la llegada.


Marcha de las de disfrutar, con muy buen ambiente, bien organizada y donde te vas a exigir tú y la bici va a trabajar de lo lindo. Estupenda jornada.


Con respecto a las clasificaciones:


Guiño, como siempre, a DoyoubikePACOM SystemsAAACapital y Talleres Gonzalo; nuestros patrocinadores.

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Si quieres ver las fotos de la prueba, las tienes en la galería: enlace.
Aquí puedes descargar el track de la marcha.



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Crónica de Paco Pérez

1 comentario:

  1. Qué buena pinta de ruta!

    Me la apunto para hacerla próximamente

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