Después de la última marcha en Sagunto, de estar durante dos semanas preparándonos, y después de la cronoescalada individual del día anterior, llega la marcha de Chiva, bautizada como ''La catedral del MTB en Valencia'' y no era para menos.
Quince valientes Doyoubikers nos íbamos a enfrentar a uno de los circuitos más exigentes de lo que va de año. Una marcha que, por números, no asusta: 35km y 900m de desnivel, pero una vez estás dentro, ya sabes que vas a tener que utilizar todos los recursos que has aprendido... y los que no también.
Una vez recogida la bolsa del corredor, con unos nuevos calcetines para la próxima salida, íbamos colocándonos los dorsales y preparándonos para la aventura.
A las 9:00 empezaba la salida con más de 500 participantes que, con mucha energía, intentaban posicionarse en los primeros puestos para no pillar los primeros atascos en las sendas; atascos provocados por una dificultad técnica no apta para cardíacos.
La primera parte del circuito coincidía con la subida de la cronoescalada del día anterior y una vez llegados a la cima, empezaba la fiesta. Pistas rápidas con sendas técnicas tanto de subida como de bajada.
Con cuidado y mucho ojo íbamos bajando por unas sendas entre arboles muy pintorescas que te aislaban completamente de la civilización. En algunos puntos la cosa se complicaba y había que poner el pie a tierra, por la posibilidad de que a alguno le saliera un buen escorpión. Y es que hubo todo tipo de percances: desde pinchazos, chupadas de cadena y en el peor de los casos, algún participante con algún hueso roto y no era para menos, este circuito nos estaba poniendo a prueba.
Tras pasar el ecuador de la marcha, llega el avituallamiento para reponer fuerzas y darle caña al gran muro del día: 200m de desnivel al 26% en algunos tramos, que hacía que en algunos momentos se atragantara, pero como recompensa teníamos unas buenas vistas al llegar a la cima y de regalo la gran senda final llena de losas de piedra preparadas para desgastar las últimas fuerzas que iban quedando, mientras ibas viendo una gran colección de herramientas y bidones huérfanos de otros corredores.
Llegando ya al pueblo de nuevo nos esperaba la meta con una última subida y esos bocadillos de longanizas con patatas para recuperar todo lo quemado ese día.
Por último tuvimos oleada de pódiums masculinos y de equipo.
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Si quieres ver las fotos de la prueba, las tienes en la galería.
Y este es el vídeo resumen que hizo Guillermo:
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Crónica de Guillermo Jiménez
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