Sí que es cierto que falló en algunos puntos la señalización, pero nada que no pueda mejorarse en futuras ediciones.
Allá que nos dieron la salida neutralizada a los casi 300 participantes, cuesta abajo, callejeando por el pueblo mientras, los que dábamos pedales, ofrecíamos una sinfonía de 'trompetas' sin igual a los vecinos cada vez que tocábamos el freno.
Salimos por el camino del Safareig cruzando la CV-35, punto donde el color de las bicis se hizo uniforme para todos los competidores antes de atravesar el Garroferal Clar. Allí ya no chispeaba y, la verdad, el terreno estaba bastante bien en las sendas, no tanto en los caminos agrícolas donde el agua se acumulaba.
El grupo se fue estirando, ya fuese por efecto de la subida al campo de tiro o por dejar espacio con el de delante para que no te salpicase en exceso. La pena es en esta parte, antes de afrontar la subida al mirador del Tos Pelat (550 m al 7,5% de media, tramo Strava), Edu tuvo la mala suerte de rajar su cubierta trasera y quedarse fuera. Palco.
El resto hicimos la bajada con más o menos soltura, en función de si pillabas o no el tapón que se hizo para llegar a la urbanización Maquiva, donde la salida del barranco, estaba algo complicada.
Asfalto para cruzar el Pla dels Aljubs seguido de las casas de la Lloma Llarga en dirección al barranco del Carraixet, cauce que remontamos por el embarrado y encharcado camí de l'Escaló. Antes de separarnos de él, empezó una subida de 2,2 km dividida en dos fases e intercalando alguna sendita, que nos dejaría en la urbanización Coto de Català, apuntando al Tos Pelat, el punto más alto de todo el recorrido (234 m).
Desde que se llega a esa cota, el trazado de la marcha se torna caprichoso y laberíntico, con un perfil muy cambiante. Nada de eternas subidas o largas bajadas. Todo se sirve, ahora, en tramos cortos con la finalidad de aprovechar al máximo la zona boscosa de la parte más oriental del término municipal de Llíria (Tos Pelat, Coto Català y l'Escaló). Aquí es dónde más fácil era saltarse algún bucle, pese al refuerzo de la señalización con cintas... y parece que así sucedió, viendo las quejas en la línea de meta.
Unos 6 km más tarde enlazamos con la vereda de Bétera y tiramos hacia la urbanización Coto de Català donde se encontraba el segundo avituallamiento. Pasado este, y volviendo a estar en el término de la Pobla de Vallbona, se nos abría una senda limpia, serpenteante que, no hay que decirlo, disfrutamos sobremanera.
Y para recordarte que estabas en una marcha en la que no se viene del todo a disfrutar, un giro de 180º te enfrentaba a una nueva subida al Tos pelat, pero esta vez por senda, un poco más dura (550 m al 8% de media) y con el aliciente de la piedra suelta y la roca desnuda. Encomiéndate a Sta. Maxxis para no perder tracción...
Le dimos toda la vuelta a la urbanización Els Racons y, cuando atravesamos la de Maquiva, las gotas empezaron a hacer acto de presencia. No molestaron en absoluto para seguir subiendo y bajando por las sendas hasta el corral de Pataco, muy cerca del campo de tiro.
Pendiente favorable y camino ancho. La única preocupación era la de no irte largo en las curvas debido a lo blando del firme o a lo mojado del asfalto, porque a medida que nos acercábamos al arco de meta, fuimos por el carril bici paralelo a la CV-35, por senda y caminos, atravesamos rotondas... Si te quedaba algo, era el momento de darlo para tratar de coger al de delante o de que no te adelantasen ahora, con lo poco que quedaba.
Esta vez el protocolo posterior a cuando te quitan el dorsal cambió. Lo de comer algo del almuerzo que estaban preparando en la zona de carpas, podía esperar a cuando estuvieses seco y cambiado. Y así lo hicimos... que contar al resto tu experiencia, es algo que no se puede dejar pasar.
Con respecto a las clasificaciones, así quedamos:
Hasta la próxima.
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Si quieres ver las fotos de la prueba, las tienes en la galería.
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Crónica de Paco Pérez.
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