jueves, 6 de junio de 2019

Andilla: ¿cuándo se acaba la subida?


La Marcha BTT de Andilla era la novedad del calendario 2019 en el Circuito BTT Serranía. Ni que decir tiene que eso nos llamó la atención a más de uno, así que madrugón (mejor no pensarlo o te quedas en el sobre) y a conducir, que había ganas de estrenar recorrido.
Estupenda representación; nos juntamos 14 del Club allí (15 si Edu no hubiese quemado todos los cartuchos en la Marcha de Valencia) y es que calentando parecía una salida de las del sábado del Club.
Abrazos, saludos, fotos... el ritual de costumbre antes de recorrer los 44 km que harían subir a nuestra Lola, a lo más alto del cajón en su categoría. Pero ya hablaremos de eso luego.


Arco de meta; cada cual se puso en el lugar que más le apetecía en función de sus expectativas y cuando nos dieron permiso, empezamos a rodar por las calles de La Pobleta. ¿El inicio? Completar un bucle de unos 7 km que nos dejaría de nuevo en la aldea, pero algo más cansados, obvio.
Por la rambla de la Pobleta llegamos al camino de las Viñas Viejas donde, en la parte media del pelotón, todavía se escuchaba la moto que abría la carrera... empezó la típica subida para ir estirando el grupo, hacia la peña del Obrero y ya cada cual a lo suyo.


Un pequeño descanso muy aprovechable para oxigenarse después del sprint y desde la fuente de la Gallarda, tirar hacia arriba con el objetivo de rodear el puntalico de Colás y volver a La Pobleta bajando la senda de la Canadilla o la del Cerro Moreno... para abrir boca.
Giro a la derecha y... ¿por aquí ya he pasado? El arco de meta marcaba el final del bucle y el inicio de la primera ascensión dura. Un poco de callejeo (empinado) que nos llevó al camino del Cerro Simón.
Te venían a la mente los aerogeneradores que veías desde el arco de meta (Nota: recomiendo mirar bien la segunda foto de la crónica) y efectivamente, allá que nos íbamos.





Por aquel entonces ya habíamos formado un cuarteto Santi, Miguel Causera, Sento y yo (las penas compartidas son menos penas), dispuestos a merendarnos esos 7 km al 6% de media constantes, con el Sol empezando a apretar y con solo un pequeño respiro poco antes de los corrales del Alto, que era donde nos desviaban (tras avituallarnos) hacia la senda del Cortafuegos, que enlazaría más adelante con el camino de la Canaleta.
Es todo lo que recuerdo de esa subida, ya que mis ojos estaban mirando fijamente el desviador de la bici de Sento, concentrado en que no se me fuera...



Senda muy asequible pese a la fatiga acumulada en la subida, con algo de piedra suelta pero nada preocupante.
Y con esas pues llegamos al camino del Corral de los Clérigos y ¿qué tocaba? Exacto, subir... por Collalbas en dirección a los corrales de Torda, acabando cerca de una nueva remesa de blancos molinos, pero habiendo pasado por el segundo avituallamiento.
Bonitas vistas las que se nos quedaron delante... lo único es que debíamos poner nuestra atención a 5 metros del manillar, porque empezábamos a bajar.


La senda de la Ubiela iba ganando en intensidad a la vez que se estrechaba el espacio para meter la rueda... y hablando de rueda, agazapado en una horquilla nos encontramos a Rado acabando de reparar el pinchazo en la delantera. Lástima.
No quiso ayuda, también porque sabía que nos atraparía pronto... como así fue.
Miguel iba marcando camino, pero a los endureros (lease Santi y Sento) el cuerpo les pedía algo más y nos pasaron en cuanto pudieron, antes de la bajada al barranco de Jabián.
Para aquel entonces Yago ya rodaba con nosotros y tuvimos unos últimos metros caóticos, evitando regueros, poquito antes del tercer avituallamiento.



Avituallamiento. Si había que cargar, este era el momento, porque venían los temidos 10 km de ascenso que empezaban a contar un poco antes del barranco de la Cavilla. Vaya pista. Constante. De las que castigan.
Rodeamos la Sabinica y por fin llegamos a la altura del cerro Moreno por el camino del Collado de la Salada. Km 30 más o menos.
Rado ya se había escapado, como era de esperar y los cuatro jinetes del Apocalipsis también se estaban separando: Santi tenía un punto más y yo un punto menos, de modo que poquito a poco me quedé en tierra de nadie.



Y seguíamos para arriba y para arriba; casi casi sin respiro.
A puntito estuvimos de entrar en el Alto Palancia cuando llegamos a la altura de la fuente del Peirón, ya en la cabecera del barranco de la Barchesa, pero el agua nos la darían un par de kilómetros más adelante y darnos el plus que necesitábamos para coronar definitivamente en el barranco del Resinero. Sí, se acercaba lo bueno.


Primero unos dos kilómetros de bajada por senda prácticamente en línea recta, en paralelo al barranco de la Salada hasta la fuente del Señor y luego una arbolada senda (puente de madera incluido), con la única sombra de la jornada, que continuaba por un cómodo caminito lleno de amapolas hasta el río de Andilla... hasta se agradecieron los dos pequeños pasos con agua.



Aunque si habías mirado el perfil sabías que quedaba una chincheta por superar: la subida a Andilla. Levantar la vista implicaba ver a la gente subiendo esa última rampa con sufrimiento, de modo que mejor concentrarse en los ánimos de la gente... sobretodo de quienes estaban sentado en el bar de la plaza (¡qué envidia!).
Por suerte esta última zona la pedaleé junto a Miguel, al igual que la bajada al azud... con esos cómodos badenes para limitar la velocidad y el chapuzón de entrada a la rambla de la Pobleta, que marcaba la parte final.



Un poco de terreno bacheado antes de la meta para colocarlo todo en el sitio y a pasar bajo el hinchable por tercera vez, mientras el speaker anunciaba tu entrada.
Cómo se agradecía la sombra de la zona habilitada para el 'recovery'. Anécdotas, sensaciones y risas se mezclaban con los ánimos a los nuestros cuando estos afrontaban los últimos metros de la marcha.
Gran gran jornada, con buen recorrido, que nos brindó, ya como guinda del pastel, el primer puesto de Lola en su categoría. ¡Espectacular!


Aparte una buena actuación de todos los nuestros con ese Nico desatado, Ibán y Rado que se quedaron con ganas de más y volvieron a Valencia con Arturo y Pablo (que venían de visita), Ramón que casi rasca un podio de veteranos... En resumen, una manera más que decente de acabar con esta primera parte del circuito. En septiembre, más.

Con respecto a la clasificación de la marcha, así quedamos:


A nuestros patrocinadores DoyoubikePACOM Systems, AAACapital, digitis y Talleres Gonzalo, como siempre, gracias por estar ahí.

Hasta la próxima.


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Si quieres ver las fotos de la prueba, las tienes en la galería.

Aquí puedes descargar el track de la marcha:




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Crónica de Paco Pérez.