jueves, 8 de junio de 2017

Gigante de Piedra 2017 - Vencimos al gigante


El gran reto del año llegó; el objetivo era claro: comernos la que en la actualidad es considerada la ultramaratón en bicicleta de montaña más dura de España (200 km, 6500 metros de desnivel positivo) y nosotros, corredores de XC puro, explosivos y de distancias cortas, embarcados a esta locura de horas y horas de pedaleo.

Viajamos el día anterior para alojarnos cerca de la Alcora, en Lucena del Cid e intentar dormir algo, ya que la prueba daba comienzo a las 6:00, por lo que tocaba madrugar y bien. A las 4:30 estábamos ya desayunando (¿o mejor se llama resopón?), y a las 4:50 subidos en los coches todos para bajar a la Alcora... ¿todos? Nooooo ¿Dónde está Sara?
Primer estrés de la mañana. Llegamos al parking, subimos al parque cerrado para recoger las bicis Nico y yo y... ¿dónde esta Rado? Se había olvidado la llave del candado de la bici en el coche. Total, los tres flamantes DYB listos a las 05:50 h y casi los últimos de la parrilla de salida.


Por suerte el día estaba caluroso, 18 grados a esas horas que no es normal pero que nos animó a salir de corto, eso si, detrás del todo y en poco más de 3 km ya nos encontramos con el primer embotellamiento. No le dimos importancia, pero cuando la cosa estaba llegando al km 8 y cada poco teníamos que parar, bajarnos de la bici y hacer romería, nos mirábamos y yo entendía, sin decírmelo, que estábamos perdiendo un tiempo valiosísimo de cara a llegar a los cortes, tocaba apretar los dientes y así llegamos al primer corte, km 17, con solo 20 minutos de margen... tela.

Seguimos. Teníamos que recuperar algo, con que tuviéramos un pinchazo la prueba se nos iba al garete.


Siguiente punto de corte, km 33, hora de cierre 09:00, hora de llegada 8:20. Habíamos apretado pero con el riesgo de pagarlo más adelante. Bocadillo de Nocilla a dos carrillos, rellenar los bidones, un beso rápido a las chicas (Nico y Rado jeje) y a darle que la cosa estaba ¡muy justita! Encima el Gigante empezó a tirarnos lo que tenia más a mano, en este caso una fuerte lluvia que complicaba más el terreno.

Siguiente punto de control en el km 65. Nico empezaba a no ir del todo bien, pero a medida que nos íbamos acercando a ese punto, veíamos que ya le habíamos ganado más tiempo al crono.Ttocó subir a Xodos, subida al pueblo que marcaría cómo serían las llegadas a los pueblos en lo que restaba de ruta, camino empedrado y todo para arriba! ya allí, pudimos comer unos bocadillos, engrasar la transmisión (espectacular los avituallamientos en cuanto a comida, bebida, mecánica y atención) y ver que llevábamos algo de margen de tiempo y continuar.


Justo ahí, al salir de Xodos y encarar la subida. Empezó el calvario de Nico, no iba. Calor, piernas vacías... pero en su mirada una determinación, ¡¡DERROTAR AL GIGANTE!! El pobre iba haciendo la goma mientras que Rado y yo le animábamos y le dábamos toda la rueda posible. 

¡Dale Nico! ¡Adelante! Y así. muy poco a poco y cantándole los km de uno a uno, Nico, sufriendo como un bellaco, pudo coronar; pero el tío del mazo le estaba dando duro, gracias al apretón inicial pasamos holgadamente el corte del km 75 y encaramos la que sería la subida del todo o nada: la dura subida desde Vistabella hasta Puertomingalvo, donde el Gigante de Piedra alzó su puño y dejo claro dónde estábamos, en la prueba más dura de España.


En el km 100 (Puertomingalvo), estaba el punto de corte más importante, donde podríamos comer algo contundente, recuperar, valorar la situación y tomar decisiones. Hicimos una parada larga, aproximadamente 20 minutos, tiempo para comer, recuperar, charlar con Xeni, Tesita, Sara, el hermano de Rado y su novia. Palabras de ánimo, una buena ensalada de pasta, sales y a seguir.


Comenzamos a rodar, rápida bajada de 10 km al salir de Puertomingalvo para encarar la subida larga y exigente subida a Torre Alta, donde vemos con alegría que Nico se ha recuperado plenamente de la pájara y mantiene el ritmo de subida de Rado. A estas alturas comenzamos a llevar un buen colchón de minutos sobre los tiempos de corte. Como el terreno empieza a ser favorable y nos vemos con fuerza, decidimos saltarnos los avituallamientos del km 113 y 125, planteando parada en el 141. Llegado a este punto, en el km 130, y viendo a Rado y Nico con fuerzas, tiempo de sobra y acoplados en ritmo decido darme un calentón de 70 km hasta meta. 


Sin entrar en muchos detalles tanto Nico y Rado como yo, le vamos comiendo tiempo al crono. Llegada al km 161, repostaje rápido, algo de información para las chicas sobre Rado y Nico y a seguir apretando a meta, donde yo me presenté en 13h 47´ mientras que Rado y Nico, manteniendo el plan previsto, clavaban las 14h 30´ que habíamos planificado en la estrategia de carrera. Para más guinda, todos en el top100 de la general, posiciones 61º, 93º y 94º.


Derrotamos al Gigante, no sin la importantísima ayuda de nuestro soporte logístico compuesto por Xeni, Tesita, Sara, el hermano de Rado y su novia que se recorrieron todas las carreteras de la zona para estar en cada uno de los avituallamientos y ayudarnos en lo que fuera o sencillamente tener una palabra de ánimo, gracias a ellos y al apoyo constante de nuestros patrocinadores DOYOUBIKE, PACOM SYSTEMS, PROSOLUTIONS, EDETANIA PERSONAL BANKERS y TALLERES GONZALO hemos conseguido la proeza de derrotar al gigante con una más que meritoria participación.


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Las fotos de la prueba las tienes en la galería.

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Crónica de Arturo Ortiz.

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