martes, 4 de abril de 2017

3, 2, 1... ¡Empezamos! (Marcha BTT Villar del Arzobispo)


Ganas no. Muchas ganas es lo que había por empezar el Circuito Serranía BTT 2017, y esas 15 inscripciones dan buena muestra de ello.

Rado, Nico, Arturo y Alberto Peyró acudieron tras haberse exprimido (literalmente) en las 12h Trek Puerto Lumbreras. Joseph tenía que venir si o si después de lo demostrado en el Circuito MTB Valencia (aunque se inscribiese en la de Iniciación...). Ibán que quería empezar a probarse tras una pretemporada complicada y aun así, calcó el tiempo del año pasado -hay pruebas gráficas para quien las pida-, y el resto (Rober, Edu, Ramón, Pablo, Carlos, 'Sardina', Alberto Martínez, 'Sento' y yo) que ya venimos de participar en otras marchas y había que seguir con la inercia o empiezan con su calendario particular.
Sea como sea, la carpa estaba como la plaza: ¡Abarrotà!


Salida neutralizada, con vuelta de regalo por las calles de Villar del Arzobispo, y en cuanto se llegó al barranco de los Arenales, cada cual con lo que tenga, para delante. Pista ancha para nos estorbarnos y a buscar el ritmo lo antes posible, porque hasta la mitad del recorrido se iba a ir, en un 90% y con más o menos pendiente, hacia arriba.
Pasadas un par de canteras la organización había colocado la Meta Volante (tras un rampón de 400 metros al 10,5%) antes de volver al camino de Villar (más pista) y seguir empujando en dirección a la Hoya de la Casa de Parra.



Badear el barranco de las Aceas no supuso ningún problema pero el rodar por el camino de La Yesa remontando el barranco de los Corcheteros, eso ya era otra historia; porque ese 9% de media mantenido sin ver más que una fila de ciclistas cambiando de trazada y alguno dando chepazos... no presagiaba nada bueno. Por suerte para nuestras piernas un pequeño descenso les dio el oxígeno necesario para seguir rindiendo.


Seguir rindiendo en el próximo tramo (650 m) ya que ese 9% no se nos despegaba de ninguna manera. Curiosamente empezaron a sonar tambores en ese punto que, bueno, era mejor que estar escuchando la respiración de quienes pedaleaban a tu lado o, incluso, hacerte olvidar la tuya propia. Ese grupo de batucada bien se merecía un agradecimiento.


No muy lejos de ellos, en el corral de los Pascualillos, la organización había colocado el primer avituallamiento líquido, punto donde se nos desviaba hacia la senda de Madrid (por una fuente cercana), sin complicaciones, en la que sólo había que dejarse llevar siguiendo el estrecho paso.
Cuando se abrió el bosque poquito antes de llegar al barranco del Mas del Herrero, la senda se multiplicó por 100 (camino de Calles), convirtiéndose en una autovía de tierra que, por supuesto, apuntaba hacia arriba...y mucho. Delante del manillar 2 km al 7% de media.
Fue entonces cuando escuché a uno que le decía a otro: 'El Pedro debe andar ya por el cortafuegos. Echará de menos esto'. ¡Qué razón tenía!


El giro de casi 180º que te metía por un camino más pedregoso, debía ser el inicio del cortafuegos y el panorama que se te presentaba por delante era como para no estudiarlo; con el camino apuntando hacia el cielo y las bicis moviéndose extremadamente despacio hacia las Lomas del Mas de Castellano, punto medio de la marcha.
Esos 200 metros al 19% de media... Bravo a quienes lo subieron del tirón (a mi me faltaron como 30 metros).



Vértice geodésico y terreno favorable para dejar correr la bici, pero con ojo, porque la piedra suelta es traicionera. Mucho. En esta parte, donde Alberto Martínez reventó la rueda trasera, vimos a uno con la clavícula rota siendo socorrido por sus compañeros de club, así que había que fijarse bien en esta primera zona.
La bajada de 8 km sólo se vería interrumpida para salir, por una senda, del barranco de la Tía Rogelia (segundo avituallamiento), enlazando con una rojiza pista de rodeno, con firme muy suelto y en el que, seguro, se alcanzaron las máximas de toda la jornada.



No tardaron mucho en mandarnos seguir el descenso por un single track que bordeaba el cerro del Tormagal y que moriría en el camino de Higueruelas que, todavía, picaba hacia abajo.
Un giro a la derecha bien marcado por un voluntario, donde se separaba el recorrido de la Marcha con el de la prueba de Iniciación, era el inicio de un par de kilómetros en los que habría que llevar desarrollo corto, primero por campos de cultivo y luego por bosque hasta llegar al camino de La Losa, de nuevo muy roto y teniendo que echar el cuerpo para delante si no querías perder tracción.


Y es que iba a empezar la parte más técnica de la jornada tras un descansillo que las piernas agradecieron. Por nuestra izquierda empezaba una senda cuyo final estaba a 1 km más abajo, justo a la altura del barranco de la Cueva de la Mora. Bajada con mucho polvo, pìedra desnuda... que iba ganando en intensidad conforme la ibas recorriendo. Para abrir boca de lo que vendría después, no estaba mal, la verdad.



Había que salir del barranco (como no, hacia arriba) de camino a la siguiente prueba, quizás la más complicada, ubicada en la senda de la Armajuela. Senda que primero disfrutamos hacia arriba, en ordenada fila india, y luego tuvimos que afrontar en descenso.
Cuando faltaban unos 300 metros, la visión de varios voluntarios en la misma bajada, ya te hacía pensar que fácil fácil no sería, pero con un poco de destreza y sensatez, se superaba el tramo.


A partir de ahora la tendencia era ir hacia abajo hasta completar la marcha. Pasamos por el lugar donde estuvo colocada la Meta Volante pero desviándonos, según las marcas, hacia unos bancales unidos por toboganes primero y luego rodando entre pinos por una revirada senda que, aunque no te dejaba coger demasiada velocidad, era suficientemente entretenida.


Una breve zona de conexión con la siguiente senda (la del Polvorín), dentro del propio barranco del Hontanar y más curvas cerradas, desniveles que salvar (algunos ayudándonos con palés), toboganes... A la salida de uno de ellos intenté hacer un front-flip, pero me quedé corto y acabé estirado en el suelo. Menudo espectáculo le ofrecí a Rober que ya venía apretándome jajajaja.


Poca cosa más. Minutos después ya estábamos cruzando la meta en las calles de Villar del Arzobispo, buscando la carpa para contar las batallitas de rigor.
Muy buen papel de quienes buscaban marcas en particular y buen nivel de todos en general, acabando los quince la primera marcha del Circuito Serranía BTT con muchas, enormes ganas de acudir a la segunda cita: Gestalgar, la nuestra.


Y no puedo terminar sin agradecer como siempre a nuestros patrocinadores DoyoubikePACOM Systems, Talleres Gonzalo, Prosolutions y Edetania Personal Bankers, por todo el apoyo que nos dan.

Hasta la próxima.

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Si quieres ver las fotos de la prueba, las tienes en la galería.

Aquí puedes descargar el track de la marcha.




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Crónica de Paco Pérez.

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