viernes, 19 de abril de 2019

Marcha BTT Navajas


El Alto Palancia. Para quienes no tengan la suerte de conocer esta comarca, no os defraudará en absoluto si rodáis por ella. Precioso recorrido el de la IX Marcha BTT 'Rascaña' Navajas; trazado para el disfrute de unas 600 madrugadoras almas que nos reunimos en este pueblo pegado al río que da nombre a la comarca.
Todo sea dicho que unas estaban más en conexión con la parte carnal del cuerpo que otras, como por ejemplo la de Miguel Causera, que era incapaz de encontrar su coche una vez recogido el dorsal.


Mañana fresca, pero aunque el cielo pintaba bastante bien, a más de uno no se le había ido el frío de Villar.
Hora de formar tras el arco de salida (algunos apurando al máximo como Vladi)... y el alma de Miguel Causera, buscando su cuerpo. ¿Cómo explicaríais que habiéndote dejado el bidón en casa, salieras sin uno, con el agravante de que en la mesa de retirada de dorsal te daban a elegir entre llevarte una mochila, calcetines o ¡un bidón!? Pues eso.

Qué tranquilita fue la salida ¿verdad? Y angosta. Disfrutando de las callejuelas de Navajas, codo con codo con el resto de participantes, sin agobios por que te pasasen de cualquier modo... hasta la bajada a la fuente del Lugar para cruzar el Palancia, todo paz y armonía. Luego, se destapó la caja de Pandora. Abrir gas con una pared de 100 m al 16% de media, como que difícil. Mucho. Medio tapón, gente empujando las bicis, otros haciendo equilibrios para no descalar... por suerte, durante los siguientes 2 km (6% de media) ya la cosa se normalizó y cada cual medio buscó su lugar, de modo que en el camino de la Mojonada ya estábamos estirados.


Falso llano picando hacia abajo, marchando bastante alegres, hasta que nos desvían a la derecha por un camino que acabó siendo la primera sendita del día. Gritos a lo lejos que no presagiaban nada bueno y, efectivamente, tapón. Pues no estábamos tan estirados como parecía.
Chino-chano, con la bici de la potencia, estuvimos por allí como 10 minutos (en mi caso) hasta que se aclaró el panorama y pudimos acabar esta senda que enlazaría (tras una 'rampilla' de asfalto) con una segunda, por el corral de la Pedrera, dirigiéndonos por una empinada cuesta abajo asfaltada, de nuevo al Palancia, cerca de la fuente de la Bañola.


El camino del Quincallero nos valía de enlace con el siguiente tramo divertido, que no era otro que el que une la vereda del río con la Vía Verde de Ojos Negros. poco más de 600 metros de senda (9,5% de media) pasando por un tubo adoquinado (decir túnel creo que es demasiado generoso) bajo la CV-213 y las actuales vías del tren... con un rato de reposo esperando tu turno para llevar a la Vía Verde entre la Rocha y los Terreros.


El camino del Alto de Mira, que rodea uno de los cargadores de la Vía Verde, nos esperaba (1,4 km al 6.7% de media). Con unos conos colocados en el centro del mismo, que hacían pensar que, pasados unos cuantos kilómetros, volveríamos a pasar por allí.
Cumbre el el Alto Royo y por el 'asfalto' de la abuela de la actual A-23, se bajó rápido hasta el cruce con trazado del antiguo ferrocarril, donde la todavía superviviente caseta del guarda, nos mandaba a la izquierda, directos al inicio del camino de Mataburros (en término de Jérica) donde la música de ambiente intentaba amortiguar el impacto de lo que venía: 3,7 km al 6% de media o lo que es lo mismo, la subida a la loma del Mundo.


Dejada atrás la parte más dura (400 m  al 12,5% de media) torcíamos cerca del corral de Carabaseto para seguir subiendo, por pista, hasta el punto más alto de la ruta y empezar la tan esperada bajada que pedían ya las piernas. No demasiado larga, pero por una sendita de las que gusta hacer cuando vas algo fatigado y en la que prácticamente te quieres dejar caer y poco más.
Realmente no era lo que estábamos esperando. Esa larga bajada vendría tras 3 km de sube baja, por los Albares; a veces por camino a veces por senda... muy entretenido.


Y entonces, sí. Desde el corral de Juano, con algún punto que cambiaba la tendencia, más de 7 km picando hacia abajo, por las faldas del alto del Joven y el de Simonet, hasta llegar al paso bajo la A-23, el mismo por el iniciábamos la subida a la loma del Mundo, es decir, que cerrábamos el bucle.
El segundo y último avituallamiento estaba casi donde el primero, pero para llegar hasta él, se nos desvió por una revirada senda entre pinos delimitada con cintas para evitar los atajos (discurría como las colas de Portaventura) pero que estas daban un toque de competición realmente interesante.

 

En ese avituallamiento perdí al que había sido mi coequipier Fernando (AsBike) por detenerme a coger algo de comer, de modo que me quedé solo para afrontar los 1,5 km de subida (7,5% de media) que empezaban en la cola del pantano del Regajo y terminaba poco antes del cruce de la Cañada Real del Collado y Sabinar con el camino del Alto de Mira, que ya habíamos subido antes y por el que ahora bajaríamos a la Vía Verde de Ojos Negros. Ya avisaban las piernas que quedaban pocas reservas.

 

Rehicimos la senda para pasar por ese estrecho tubo y aparecer al lado del Palancia. Sí, Navajas estaba ahí mismo, pero quedaba una cuenta pendiente con el acumulado.
Pagamos una cantidad considerable en esa cuesta de asfalto que te dejaba las patas temblando (250 m al 13% de media) y seguimos saldando la deuda cuando, tras cruzar el barranco de Tensa, subimos hacia el alto de Rascaña (1 km al 10% de media).
Sin nada en el depósito, empezó uno de los tramos más bonitos no solo del recorrido, sino de todo el circuito: la vuelta por el Aljezar.
Un sendero angosto, pedregoso a tramos, pegado a la ladera de la montaña con la parte izquierda ofrecida a unas vistas espectaculares... con el salto de la Novia como punto final a ese descenso. Impresionante.


Yo pensaba que simplemente nos quedaba subir a las calles de Navajas por terreno liso, pero no, había traca final: el sendero que une varias de las fuentes de este municipio (la del Hierro, la Virgen de la Luz, la Peña, del Lugar y del Cañar) que contaba con el paso bajo las rocas, el puentecito de madera... Todo bien endulzado para que no nos doliesen esos amargos 200m al 11% de media que teníamos que recorrer antes de entrar a meta.



¿Qué nos quedaba? Pues ir juntándonos en la parte del 'recovery' para contarnos nuestra aventurilla particular y echarnos unas risas. Lo que se viene llamando 'hacer tiempo'. A Joseph le confirmaron su quinto puesto en Máster 30 y al Team Doyoubike-PACOM, nos llamaron al podio por ser el tercer equipo más numeroso, que luego parecía ser que no, que era empate, que no era... Es lo de menos. Lo importante es que los 14 que fuimos tuvimos una gran mañana de MTB.



Con respecto a la clasificación de la marcha, así quedamos:

A nuestros patrocinadores DoyoubikePACOM Systems, AAACapital, digitis y Talleres Gonzalo, como siempre, gracias por estar ahí.

Hasta la próxima.


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Si quieres ver las fotos de la prueba, las tienes en la galería.
Este es el vídeo de Gerard:



Aquí puedes descargar el track de la marcha:




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Crónica de Paco Pérez.

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