jueves, 13 de septiembre de 2018

Maratón BTT Sierra de Cazorla


8-9 de Septiembre 2018. Ya tenía ganas desde el año pasado de rodar por la gran sierra de Cazorla. Una vez instalado en el hotel desde las 12:00, tocó esperar hasta las 19:00 de la tarde para recoger el tan esperado dorsal. Durante ese tiempo no paró de caer una lluvia intensa; tanto es así que,en torno a las 22:00 de la noche, en plena cena, se nos comunicó que se suspendía la ruta larga por medidas de seguridad. Cierto es que había un tramo de pizarra y raíces en un sendero muy estrecho, donde el margen de error no existía y para colmo, al lado izquierdo había un desfiladero que, en caso de error, era muerte seguro: más de 200 m de caída casi vertical. Muy arriesgado para rodarla en húmedo. Total, que todos a hacer la ruta corta.



A las 7:30 tocó el despertador, había que desayunar y engrasar cadena. Horquilla, geles y demás enseres... a las 9:30 ¡salida! Unas 900 personas estábamos esperando el pistoletazo de salida. En la lejanía se observaban muchos GALLOS: Pedro Romero, José Luís Carrasco, Xavi Borrás, etc... apareció una mañana nublada y fresca, mucha gente con manguitos, perneras, yo tenia tanto frío que pedí unos periódicos para metérmelos en el pecho y se notó.
Bueno, ¡al lio! Salida como siempre, a toa leche y cuesta arriba; un rampón del 21% de 300 m estiraba la cabeza de salida. A mi me matan las salidas a full... en nada estaba ya en 186 ppm ¡que locura! Ahora tocaba afrontar el puerto del Chorro: 15 km de subida continua al 4% donde se ascendían 707m. Ahí fue donde cada uno pilló su ritmo y se esparció todo el pelotón. Tras casi coronar, se acabó el asfalto y empezó lo bueno: una pista, compacta pero con piedra suelta. Lo de antes era para calentar. '¿No hay bajada?' Se preguntaban dos chicos que iban a mi lado. Yo me reí irónicamente, dije: ¡si!, bajada pero cuesta arriba.



Empezaba otro puerto, el Lorente. 4 km al 6,2% donde ascendimos otros 300 m,. Vendría luego un sendero muy bonito, entre pinos, que daba vistas a unas paredes verticales de piedra que daba vértigo nada más mirarlas. Una auténtica pasada. Salimos del sendero y nos indicaban con gestos que con cuidado para la primera bajada. Sinceramente yo iba medio muerto y eso que iba a rueda de mi primo, jajajajaja. Me esperaba bajada técnica, pero na de na, alguna piedra suelta, badenes con agua, pero nada técnica, al menos para mi. Tras esa bajada, enfilaba un cuestarrón que se veía desde largo y todos rezábamos que no fuese por ahí la ruta jajaja. Lleguamos a la base del puerto Arroyo de los Habares, otros 12 km de ascenso al 5% por una pista bastante rota. La subida se me hizo eterna, ya que siempre había que estar esquivando baches, piedras, piñas (¡p@#*s piñas), pizarra mojada...



Mucha gente optó por subir andando, ya que con la pizarra mojada las ruedas patinaban y era difícil mantenerse encima de la bici. Tanto fue así, que el que iba delante de mi echo pié a tierra y, con ello, yo también. Un tramo andando, donde mis gemelos y mi corazón descansaron un rato. Falta me haría para bajar algo las pulsaciones. Vuelta a bajar por otra senda, esta vez algo más técnica, pero nada que ver con las que hay por aquí. Me quitaba gente como si fuesen parados y con el musicón a tope, no hacía falta ni pedir paso. Ya me oían llegar jajaja.
Volvimos a salir a otra pista, esta vez un poco de falso llano pero con poco ascenso, donde cuádriceps y gemelos se relajaron esperando el último puerto. Unos sube-bajas para entrar en temperatura otra vez y allí lleguamos, Puerto Lorente por el río Gualquivir. Otros 4 km al 5%, llevaderos, pero ya con las piernas cansadas parecía no llegar a la cumbre.

Una vez arriba, satisfacción absoluta. Ya estaba todo lo duro hecho. Ahora lo que estaba esperando ¡¡bajadaaaaaa!! 7 km a destajo, donde alcancé hasta los 62km/h. pista ancha pero trozos de mucha china suelta, donde controlar la rueda delantera se hacia complicadillo a veces; un par de sustos me llevé, todo hay que decirlo.
Quedando 1 km, empezaron unos bucles en sacacorchos flipantes, donde me empezaron a chillar los discos del calentón que llevaban, me aco*****n del ruido que hacían. Parecía que se iban a romper.


Enfilando ya linea de meta apreté lo más que pude y me quite a otros 3 corredores. Llegué exhausto y con unas rampas en los cuádriceps que me hicieron tirarme al suelo mientras la chica de las medallas esperaba para ponérmela, jajaja. Un gran esfuerzo por mi parte y que disfruté a tope, tanto de mi gente y de esas vistas que se quedan grabadas por siempre.
El año que viene más y si puede ser con nuestros patrocinadores DoyoubikePACOM SystemsEdetania Personal Bankers, Talleres Gonzalo y digitis, mejor que mejor.

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Crónica de Miguel Ángel Salido.

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